El 19 de agosto de 1922 Enrique Sazié y Arturo Salazar protagonizaron la primera transmisión experimental de radio en nuestro país.
A las 21:00 Hrs de ese día, desde el campus de ingeniería de la Universidad de Chile, se desplegó todo el equipamiento necesario para emitir una señal radial, que fue recepcionada en el hall central de las oficinas del diario El Mercurio en el centro de Santiago. Fueron más de 200 personas las convocadas a ser testigos de este hito tecnológico.
Los años 20 del siglo pasado estuvieron marcados por cambios tecnológicos muy profundos: los inicios de la masificación del automóvil y del cine, la electrificación de grandes territorios, la tecnificación de la producción, el desarrollo masivo de los trenes y el hecho definitivo en las comunicaciones que constituyó la invención de la radio.
Desde la primera transmisión realizada en Chile el año 1922, la radiotelefonía se transformó en el principal medio de difusión musical. La primera estación fue radio Chilena, fundada el 26 de marzo de 1923. Al año siguiente se amplió el medio a provincias, con la aparición de radio Cerro Alegre de Valparaíso, momento desde el cual las radioemisoras en Chile proliferaron de modo frenético.
Durante las primeras décadas del siglo XX las radios transmitieron principalmente audios en directo: radioteatros, informaciones noticiosas, comentarios políticos y presentaciones musicales que se transmitían hacia el público auditor, constituyéndose así en un importante campo laboral para los artistas, locutores, técnicos y periodistas chilenos.
Durante la década del 30 la iniciativa privada fue un fuerte impulso al desarrollo de la radiofonía, en ese período nacieron más de 70 emisoras, entre otras, radio Hucke, posteriormente llamada Nuevo Mundo; radio Agricultura y radio Cooperativa Vitalicia, radio Minería.
Hacia mediados del siglo XX Chile contaba con más de 100 radios, todas transmitidas en Amplitud Modulada. Al mismo tiempo, los aparatos radiales se transformaron en uno de los principales aparatos electrodomésticos del hogar.
La música, a través de la radio, ocupaba así un destacado lugar en la vida social de Chile. Desde la década de 1960 la radio experimentó una nueva evolución, con las transmisiones en Frecuencia Modulada, proceso que se consolidó en los años 80 y 90.
Orígenes de la radio comunitaria en Chile.
Las radios comunitarias tienen un lugar destacado en los 100 años de historia de la radiodifusión chilena. Las primeras experiencias de comunicación comunitaria surgen al alero de la Iglesia Católica, y se orientan en el desarrollo local del Chile de regiones rurales y zonas aisladas, pudiendo obtener concesiones de radio para operar legalmente. Algunas de estas radios adquirieron un rol de medio de oposición y contra información durante la época de la dictadura (1973-1990). Cabe destacar en este sentido emisoras como Radio Voz de la Costa, creada en los 60 en la ciudad de Osorno, Radio Santa María, en la Región de Aysén o Radio Estrella de Mar, que nace en 1982 en Ancud y se despliega por el archipiélago de Chiloé, todos proyectos marcados por el protagonismo de la comunidad.
Tras la dictadura cívico militar, hay una importante creación de radios comunitarias, particularmente en las zonas urbanas, que son impulsadas por organizaciones sociales. En enero de 1990 se constituye la Agrupación Nacional de Radio Popular (ANARAP) y en abril de 1990 comienza sus emisiones Radio Villa Francia. En esa época se llegaron a contabilizar 58 experiencias radiales, 32 pertenecientes a la Región Metropolitana y 26 a regiones.
En Chile, al igual que en la mayor parte de países de América latina, se produce un reconocimiento legal tardío y deficiente de este tipo de radiodifusión, dificultado el acceso a autorización de uso de espectro radioeléctrico y la sostenibilidad del sector. Las emisoras de radio comunitarias no pudieron optar a autorizaciones para emitir hasta 1996. A enero del año 2000 se habían otorgado únicamente 76 concesiones de radiodifusión de mínima cobertura para todo Chile, en 2010 la cifra aumenta a 380 y en la actualidad existen
un total de 454 concesiones bajo el alero de la ley n.º 20.433 aprobada durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet de radiodifusión comunitaria ciudadana Una parte significativa de las concesiones se destinaron a entidades religiosas, municipalidades e incluso empresas, ya que la normativa no impedía esta posibilidad hasta el año 2010. La actual legislación sobre telecomunicaciones mantiene vigente el artículo 36 -b, que penaliza la emisión radial sin autorización.
A pesar de los obstáculos y la ausencia de políticas públicas adecuadas, el movimiento de radios comunitarias logró consolidarse, renovarse y mantenerse en el tiempo. Las iniciativas ciudadanas han cobrado protagonismo con una nueva generación de medios comunitarios multiplataforma que utilizan Internet como medio de difusión.
LA RADIO COMUNITARIA: UN APORTE A LA RADIOFONÍA.
El centenario de la radio es motivo de celebración y una oportunidad para poner en valor la contribución que ha hecho la radio comunitaria al desarrollo de la radiofonía en Chile.
Las radios comunitarias no se definen por la baja potencia o por no vender publicidad. Hay radios comunitarias con coberturas limitadas y muy pocos ingresos, y también existen las que cubren varios kilómetros a la redonda y lograron una sostenibilidad económica digna, tanto con ingresos publicitarios como de diversas iniciativas en la que sus audiencias son protagonistas.
Se definen por representar comunidades barriales, causas y demandas o sujetos sociales como mujeres, niñas y niños, comunidades de la diversidad y disidencia sexual o pueblos originarios. Son medios de gestión social sin fines de lucro, en su mayoría organizados asociaciones civiles, organismos territoriales, fundaciones o corporaciones que se gestionan con prácticas participativas.
Entre las radios comunitaria en Chile se cuentan iniciativas como la de radio Wallón estación radial mapuche nacida en 2004 en Lican ray; Radio Tierra (1991-2013), la primera radio de mujeres en América Latina, la radio del Hospital El Peral, que dio voz a los pacientes psiquiátricos de ese establecimiento de salud, , entre otras muchas experiencias de innovación que han otorgado diversidad y pluralismo al mapa de la radiofonía en Chile.
Hoy cuando la radio cumple 100 años de vida, hay centenares de emisoras en todo el país que se reconocen como comunitarias. Surgen nuevas emisoras por internet impulsadas por organizaciones del tercer sector social con estrategias variadas y creativas de sostenibilidad. Conviven con las radios analógicas y nuevas medias y reclaman el derecho a la libertad de expresión también en territorios digitales.
Las radios comunitarias son parte de la historia y del presente de la radio. También del futuro. Crean nuevos modos de interpelar a las audiencias con la diversidad y el pluralismo como bandera para sumar interlocutores y no seguidores. Con la conciencia de que cada nuevo emisor es un contrapeso a la concentración de medios tienen el desafío de consolidar sus redes y ocupar nuevos espacios.
Estos 100 años de la radio en Chile, son también una ocasión para interrogar a la política y a las instituciones democráticas, para ampliar el acceso al espectro radioeléctrico con marcos regulatorios que permitan la expresión de distintas comunidades.
La política tiene una deuda histórica en el sistema de medios y en particular en el sistema de radios: equilibrar las reglas de juego entre actores con y sin fines de lucro, entre las radios comerciales y las comunitarias.
A pesar de llevar 12 años la Ley de Radios Comunitarias y Ciudadanas aún son pocas las emisoras que han logrado consolidarse y llevar un desarrollo que les permita una sostenibilidad integral, con mayor potencia y posibilidades reales de financiamiento.
Con información de Santiago Cultura