La complicada travesía de Evo Morales tras abandonar Bolivia con destino a México

El derrocado presidente viajo al país norteamericano luego de que varios países de Sudamérica negaran el permiso para que la aeronave mexicana sobrevolara su espacio aéreo.

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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció una conferencia junto a su gabinete tras conceder asilo político a Evo Morales, el presidente depuesto de Bolivia por un golpe de Estado, con el objetivo de describir el “periplo” que vivió el avión mexicano que recogió al exmandatario boliviano.

Marcelo Ebrard, titular de la secretaría de Relaciones Exteriores, explicó que el presidente López Obrador dio la orden de mandar a un avión del Ejército mexicano a recoger a Morales en Bolivia, pero se enfrentaron a una serie de problemas legales con los trámites para sobrevolar el espacio aéreo de varios países.

“A raíz de ello se instruyó que se trasladara una aeronave de la Fuerza Aérea para pasar a Bolivia por Evo Morales”, dijo el canciller mexicano.

Ha sido un periplo por distintos lugares y decisiones políticas“, añadió.

El avión viajó desde México a Perú. Ahí hizo escala en Lima para luego viajar a Bolivia, pero el caos político en la nación boliviana provocó que se negara el permiso para recoger a Morales. La aeronave tuvo que regresar a Perú y esperar autorización para ingresar a Bolivia.

Ayer nadie nos pudo decir quién está a cargo en Bolivia“, explicó el canciller mexicano.

La odisea sudamericana

Una vez conseguida la autorización para ingresar a Bolivia, la ruta que tenían prevista para trasladar al presidente depuesto era viajar a través de Perú y después tomar aguas internacionales. Originalmente se tenía el permiso del Gobierno de Martín Vizcarra, pero con Evo Morales ya en el avión, el canciller peruano notificó a Ebrard que, por decisiones políticas, decidía cancelar el permiso.

Ante la negativa del Gobierno peruano, Ebrard habló con el canciller de Paraguay, que accedió a que el avión mexicano descendiera en la ciudad de Asunción para cargar combustible y evitar que ocurriera una tragedia con Morales. Todo esto, en medio de un clima de tensión en el que los simpatizantes del presidente depuesto custodiaban el aeropuerto donde abordó el avión, en Bolivia.

De este modo, el avión hizo escala en la capital paraguaya, aunque este país declinó de último minuto la salida del avión mexicano. Sin embargo, las gestiones de la embajadora mexicana en Paraguay permitieron que la aeronave saliera de dicho país.

Posteriormente, las autoridades de Bolivia impidieron que la aeronave mexicana sobrevolara de regreso el espacio aéreo de dicha nación, por lo que se tuvo que solicitar permiso a Brasil y luego a Perú.

Al filo de las 8:00 GMT, la aeronave partió con rumbo a México, pero hubo un nuevo contratiempo para rodear Ecuador, luego de que el Gobierno de Lenín Moreno se negara a permitir el paso de la aeronave. A partir de ahí, el viaje se dio a través de aguas nacionales mexicanas, por lo que no se esperan más contratiempos.

Tras la compleja travesía, se espera que Evo Morales llegue a México a las 17:00 GMT. “Es como un viaje por la política latinoamericana, de cómo se toman las decisiones y los riesgos que se corren”, comentó Ebrard.

México rechaza tensiones con EE.UU. por asilo de Evo

Cuando se le cuestionó al secretario de Relaciones Exteriores mexicano si el asilo político concedido a Morales no provocará tensiones diplomáticas entre México y EE.UU., el canciller respondió que la relación entre ambos países vive un buen momento, debido a que no existe una relación de sumisión.

La buena relación con EE.UU. no debe basarse en la sumisión, sino en el respeto“, dijo Ebrard. “Por lo tanto no esperamos un reclamo de la posición que México ha tomado de acuerdo a su Constitución. No lo hemos tenido y no lo esperamos”.

El Gobierno de EE.UU., a través del presidente Donald Trump, calificó el derrocamiento de Evo Morales en Bolivia como “un momento significante para la democracia en el hemisferio occidental”.