El movimiento migratorio en Latinoamérica cambia sus destinos y apunta su preferencia hacia Chile. Así se traduce de un informe de organismos internacionales, que señala a este país sudamericano como el que más ha incrementado su población extranjera.
Chile se posicionó como el país que más aumentó su inmigración entre 2010 y 2015, periodo en el que creció un 4,9 % por año y superó a otros grandes receptores de inmigrantes como México y Brasil, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Aprender de los inmigrantes
Haití es uno de los 10 países con más ciudadanos radicados y Paula Soza sabe de eso. Fundó una escuela de español para los recién llegados en donde enseña ese idioma, pero admite que aprende mucho más con sus nuevos alumnos.
“Nuestro desafío principal es darle una mirada intercultural a esta nueva oportunidad”, porque “estamos aprendiendo también mucho de ellos”, explica Soza.
Nuevas oportunidades
“Me vine aquí, empecé de cero aquí y ya es complicado. Estoy bien aquí y me siento agradecida con el país”, que “me ha dado cosas buenas: pude estudiar, ahora tengo un hijo chileno, me gustaría quedarme”, relata Pinto.
Modernizar la regulación migratoria
Desde el regreso de la democracia en 1990, la estabilidad económica y el bajo desempleo de Chile fueron dos atractivos para muchos extranjeros. Sin embargo, la regulación heredada de la dictadura no responde las exigencias del momento y algunos expertos estiman que el nuevo Gobierno de Sebastián Piñera debería tener como meta la aprobación de una nueva normativa.
“La ley establece ejes que tienen que ver con la integración” y con “cómo el Estado aborda y piensa a la inmigración” para que “garantice derechos, pero establezca responsabilidades, deberes y, al mismo tiempo, potencie el área o el desarrollo del país, porque hay muchos ámbitos donde los migrantes están haciendo un tremendo aporte y donde la sociedad chilena ya no quiere desarrollar o poner energía; por ejemplo, en la actividad del campo”, detalla Roberto Gonzalez, investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social.
Convivencia respetuosa
Los datos oficiales inidcan que más de 17 millones de habitantes chilenos conviven con casi 500.000 expatriados. Entre 1920 y 1970, la oleada foránea provino en su mayoría de España. Hoy, el flujo migratorio arriba principalmente de otros países latinoamericanos.
En Chile, la convivencia con los inmigrantes que llegaron es cordial y respetuosa. El desafío para el futuro es mejorar las condiciones de vida de quienes eligen desarrollarse en este país y que, por el momento, no tienen pensado regresar a su lugar de origen.