
A medida que envejecemos, proteger la salud del cerebro se vuelve una prioridad. Aunque muchas estrategias se enfocan en estimular la mente, ciertos factores silenciosos podrían estar contribuyendo al deterioro cognitivo sin ser detectados. Expertos advierten sobre riesgos poco conocidos que pueden afectar seriamente la memoria y otras funciones mentales si no se abordan a tiempo
La pérdida auditiva no tratada como factor de riesgo
Según el doctor Jaydeep Bhatt de la Universidad de Nueva York, la pérdida auditiva no diagnosticada es uno de los factores de riesgo menos reconocidos en el desarrollo de demencia. Esta condición, común con la edad, puede alterar el funcionamiento de áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje, particularmente en el hemisferio izquierdo.
La disminución en la calidad de la información que llega al cerebro podría acelerar el deterioro cognitivo, especialmente si no se detecta y trata a tiempo. Por ello, los especialistas recomiendan realizar evaluaciones auditivas regulares, en especial a partir de los 60 años.
Hipertensión y colesterol elevado: impactos en el cerebro
La presión arterial alta y los niveles elevados de colesterol también representan una amenaza silenciosa para la salud cerebral. Estos factores pueden reducir el flujo sanguíneo y provocar alteraciones estructurales que, a largo plazo, derivan en problemas de memoria y otras capacidades cognitivas.
Alimentación equilibrada y ejercicio físico
Una dieta rica en frutas, vegetales y granos integrales, y baja en sal y grasas saturadas, puede ayudar a controlar los factores de riesgo. Además, el ejercicio regular —como caminar, bailar o andar en bicicleta— mejora la circulación cerebral y reduce significativamente los riesgos vasculares, independientemente del tipo de actividad física elegida.