Imponer una dieta vegana a los niños y adolescentes es inapropiado e incluso no recomendable, según un reciente informe de la Real Academia de Medicina de Bélgica.
El documento señala que los hospitales del país reportaron un aumento de enfermedades entre los niños que son alimentados de forma vegana por sus padres. Se estima que el 3 % de los menores belgas son obligados a seguir un estricto régimen que les prohíbe comer todo alimento de origen animal, como carne, pescado, huevos, miel o productos lácteos.
“Cuando somos niños, el cuerpo produce especialmente células cerebrales. Esto implica una mayor necesidad de proteínas y ácidos grasos esenciales. Como el cuerpo no los produce, tienen que ser absorbidos a través de las proteínas animales”, comenta en un comunicado el profesor Georges Casimir, que encabezó la comisión encargada de redactar el reporte.
Según los expertos, las dietas veganas causan carencias en el organismo de los niños de vitamina B12, vitamina D, calcio, hierro, zinc y yodo, lo que puede llevar a un retraso en el crecimiento, así como a anemias y retrasos psicomotores.
Por lo tanto, el informe advierte que el régimen vegano no se recomienda para bebés nonatos ni para niños y adolescentes, así como tampoco para mujeres embrazadas y lactantes.
“Algunos desarrollos tienen que producirse en un momento preciso de la vida y, si no se producen, es irreversible“, alerta una de las autoras del informe, Isabelle Thiébaut.
Los especialistas añaden que si los progenitores quieren que su hijo siga una dieta vegana, tienen que realizar exámenes médicos regularmente.
“Tenemos que explicárselo a los padres antes de forzarlos, pero ya no podemos tolerar este peligro”, concluye Casimir.