RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) llegó poco antes de las 22.30 horas horario local del 7 de abril (01.30 horas del domingo GMT) a la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba (estado de Paraná, sur), donde empezará a cumplir la condena de 12 años y un mes de cárcel.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) llegó en helicóptero procedente del aeropuerto Alfonso Pena de la ciudad, después de viajar en una avioneta de la Policía Federal desde São Paulo, donde se entregó a la policía. A su llegada a la sede policial de Curitiba un grupo de manifestantes favorables a su entrada en prisión lanzaron fuegos artificiales, según apunta la prensa local.
Muy cerca se encontraban simpatizantes del expresidente, que fueron dispersados con bombas de gas lacrimógeno y disparos de pelotas de goma por la Policía Militar.
Por el momento el exmandatario será internado en una sala especial en la propia Superintendencia de la policía, donde no tendrá contacto con otros presos, aunque más adelante podría ingresar en una prisión convencional.
El juez de la Operación Lava Jato Sérgio Moro había determinado que Lula se presentase en este lugar antes de las 17 horas (20.00 horas GMT) del viernes 6, pero el expresidente incumplió el plazo y siguió en São Paulo hasta la tarde del 7 de abril.
Durante todo este tiempo el líder izquierdista permaneció en el Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, a las afueras de São Paulo, rodeado de amigos, familiares, la cúpula del PT y miles de simpatizantes que acudieron a mostrarle su apoyo.
Tras mucha incertidumbre, la mañana de este sábado Lula anunció públicamente que aceptaría el mandato de prisión y se entregaría a la policía, pero su salida del sindicato fue accidentada.
Primero intentó abandonar el edificio a bordo de un vehículo, pero decenas de seguidores le cortaron el paso bloqueando con una valla la salida del edificio.
“Si me arrestan, no lograrán arrestar mis pensamientos, no lograrán arrestar mis sueños. Si no me dejan andar, andaré por las piernas de ustedes. Si no me dejan hablar, hablaré por las bocas de ustedes. Si mi corazón deja de latir, él latirá en el corazón de ustedes.”
– Luiz Inácio Lula da Silva –
Líderes del partido intentaron calmar los ánimos advirtiendo que si Lula se retrasaba podrían empeorar sus condiciones a la hora de defenderse legalmente y presentar nuevos recursos.
Finalmente Lula abandonó el sindicato por su propio pie, rodeado por una multitud, y una caravana de la Policía Federal le trasladó primero a la Superintendencia de São Paulo, donde se sometió al protocolario examen médico, y después al aeropuerto de Congonhas, desde donde partió hacia Curitiba.
El líder izquierdista cumplirá en esa ciudad su condena porque es en Curitiba donde se centralizan las investigaciones anticorrupción de la Operación Lava Jato y donde se encuentra el tribunal del juez Sérgio Moro, que le condenó en primera instancia.
Lula fue condenado a 12 años y un mes por presuntos delitos de corrupción, y aunque podrá recurrir ante instancias superiores tendrá que esperar entre rejas, lo que complica su candidatura a las elecciones, para las que partía como favorito.
Antes de entregarse a la policía su defensa intentó in extremis que permaneciera en libertad, presentando recursos de habeas corpus (peticiones para evaluar la legalidad de un arresto).
Sin embargo, tanto el Tribunal Superior de Justicia como el Tribunal Supremo Federal negaron los recursos, lo que precipitó la entrada de Lula en prisión