En la cima de la montaña Yanartas, conocida también como monte Quimera, en el suroeste de Turquía, el suelo escupe fuego. El fenómeno se conoce desde hace al menos 2.000 años.
Un mito local sostiene que estos fuegos eran el aliento de un monstruo: en parte cabra, en parte serpiente, y en parte león. Pero según un artículo publicado en The New York Times, se trata de un fenómeno geológico no menos desconcertante lo que alimenta las llamas.
Las llamas del monte Quimera son alimentadas por una filtración subterránea de metano, reseña un estudio publicado en marzo en la revista Applied Geochemistry. El gas que alimenta el fuego eterno de Turquía se conoce como metano abiótico. Pero no proviene de la descomposición de plantas antiguas, de algas o de vida animal, como el caso de los combustibles fósiles. En cambio, este gas proviene de una reacción química dentro de las rocas y el agua que se encuentra bajo la superficie.
Ver esta publicación en Instagram
Natural gas vents in Cirali – see last image for their composition.
La nueva investigación enumera las diversas hipótesis que se han ofrecido para explicar cómo el metano podría emerger de la Tierra profunda sin la participación de carbono orgánico. Las explicaciones varían desde el enfriamiento del magma hasta los vaporosos minerales de la Tierra y los meteoritos primordiales que llevaron el metano a nuestro planeta durante su formación. Pero la teoría más citada y probable involucra a un proceso llamado serpentinización.
Este proceso ocurre cuando el agua se filtra a través de ciertos tipos de minerales en el manto terrestre, causando una reacción metamórfica que resulta en la liberación de gas de hidrógeno. Este hidrógeno molecular puede reaccionar posteriormente con el gas de carbono en el fondo de la tierra, dando como resultado la creación de metano. En el caso de las llamas del Quimera, la piedra caliza rica en dióxido de carbono reacciona con rocas serpentinizadas ricas en hidrógeno que fueron bañadas en agua de lluvia.
La búsqueda de vida en otros planetas
Aprender a identificar mejor las diferencias entre el metano abiótico y el metano producido a partir de material orgánico podría ayudar a los científicos en la búsqueda de vida en otros planetas, de acuerdo con The New York times.
Por ejemplo, el metano que se encuentra en la atmósfera de Marte podría ser un signo de vida microbiana, o podría ser el resultado de una serpentinización debajo de la superficie del planeta rojo.