Era 8 de febrero de 1975 y mientras en Chile la prensa estaba ocupada en los invitados al XV Festival de Viña del Mar, en el norte del país se estaba gestando una noticia muy importante para las relaciones entre Chile y Bolivia.
El dictador altiplánico Hugo Banzer invitó al dictador Augusto Pinochet a la pequeña estación ferroviaria boliviana de Charaña con la idea de restablecer las relaciones diplomáticas, suspendidas por ambos países desde 1962.
En ese encuentro, que recibió el nombre de Acta o Acuerdo de Charaña, ambos líderes llegaban con ánimo de dialogar propuestas para negociar una posible salida soberana al mar para Bolivia. Ello, pues los altiplánicos querían dejar atrás su condición de país mediterráneo luego de firmar el Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Con mapas, documentos y varias carpetas en mano, los dos dictadores hablaron sobre un posible “canje” que incluía entregar un terreno chileno que unía a Bolivia con el Pacífico. A cambio, los altiplánicos cederían tierras a Chile. Dado que discusiones como esa requieren de especialistas, ambos acordaron continuar con el diálogo en los próximos meses y, para ello, nombraron a cancilleres.
Fue así como el embajador boliviano envió un documento en el que solicitaba a Chile un corredor de al menos 50 kilómetros de extensión por la costa y 15 kilómetros hacia el interior en una zona cercana a Iquique, Antofagasta o Pisagua y que uniría, por fin, a Bolivia con el mar. A esto se sumaba un enclave entre Pisagua e Iquique que, tras el canje, adoptaría un régimen autónomo para regir sus operaciones comerciales que se ejecutarían en el puerto de Arica.
Por esta cesión, Chile recibiría “una superficie compensatoria equivalente al área de tierra y mar cedida a Bolivia que podría ser continuo o integrado por distintas proporciones de terreno fronterizo”.
Tal canje estuvo a punto de ser firmado por ambas naciones, sin embargo, antes debieron consultar a Perú, tal como lo indicaba el Tratado de Lima de 1929. Al analizar las condiciones conversadas, ese país objetó la fórmula propuesta acordada por los países en conflicto y planteó un estatuto trinacional para ejercer derechos en la zona que Chile iba a donar a Bolivia.
Tanto chilenos como bolivianos rechazaron esa propuesta y dilataron la conversación hasta el 17 de marzo de 1978, día en que Hugo Banzer rompió las relaciones diplomáticas con el país gobernado por Augusto Pinochet. Nunca más se discutió esta propuesta, que ha sido la más cercana que ha obtenido Bolivia para acceder al mar.
Con Información de: Wikipedia y Publimetro