Adopciones irregulares en Chile: “Muchos ignoran que para sus padres están muertos”

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La justicia de Chile reveló la existencia de una red que facilitó la adopción hacia el exterior de más de 500 niños chilenos, quienes fueron sustraídos a familias en situación de vulnerabilidad desde 1950 hasta 2001.
La asistente social Telma Uribe, de 96 años, guardaba un archivo con los nombres de 579 menores, de los cuales 525 fueron acogidos por familias extranjeras de Estados Unidos y Perú. Uribe estuvo vinculada a la red que ayudaba a las familias extranjeras a través de organismos internacionales que facilitaban las adopciones.

En 2017, una Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones de Chile incautó a Uribe 351 carpetas, ocho cuadernos, cuatro archivadores y cinco agendas. Con estas pruebas el juez especial Mario Carroza abrió la investigación en la que Uribe está en calidad de inculpada, refiere La Tercera.

​Marisol Rodríguez, coordinadora de la Organización Hijos y Madres del Silencio de Chile aseguró a Sputnik que Carroza investiga esa cifra pero que en realidad son muchos más. “Solamente en Suecia hay 2065 chilenos adoptados irregularmente”, afirmó Rodríguez.

 

En 2017 fue conocido en Chile el caso de una joven sueca de 22 años llamada Marianne Skoglum, que con la ayuda de un canal de televisión local, inició la búsqueda de su madre biológica chilena.
La progenitora resultó ser una mujer humilde de Puerto Montt,  a quien le arrebataron de los brazos a su hija el día de la inscripción y la entregaron a un matrimonio. Casos como estos abundan en las adopciones de menores chilenos. Rodríguez contó que en la ciudad italiana de Cerdeña se reportaron otros 500 chilenos adoptados, pero que en toda Italia la cifra debe ser superior. “También tenemos reportes desde Francia y de Estados Unidos”, agregó.

“Es lamentable que existan tantos casos de irregularidades. Ya sea porque los niños estaban en un hogar donde las madres de bajos recursos los visitaban y de un día para otro desaparecieron, o el caso de madres que dieron a luz y les dijeron que su hijo falleció”, comentó Rodríguez al referirse a las historias que llegan a diario a la organización.

El fenómeno de la adopción irregular en Chile ha sido transversal, desde los años 60 hasta el año 2000. “Generalmente eran familias con madres vulnerables o en las clases altas donde las hijas adolescentes quedaban embarazadas y ocultaban el embarazo”, comentó.

También dentro de Chile existen muchos casos de adoptados irregulares, “que las madres entraban con un cojín y salían con un hijo”, afirmó Rodríguez.
Los llamados Hijos del Silencio aparecieron hace cinco años, cuando adoptados chilenos en Estados Unidos empezaron a buscar sus raíces y encontraron que no tenían antecedentes.

“No había papeles de adopción porque no hay una identidad biológica acá. Sólo el adoptado puede buscar a los 18 años pero existen muchas trabas, como las limitaciones para acceder a los archivos de los hospitales. Fue así cómo sospecharon de las irregularidades”, afirmó Rodríguez.

La organizadora contó que las madres dudaban cuando les decían que su hijo falleció y les negaban el cuerpo, “les negaban hasta un certificado”, afirmó. “Por eso, tanto tiempo después estamos seguros que muchos ignoran que para sus padres están muertos”.

Así surgió Hijos y Madres del Silencio, una organización voluntaria creada por víctimas directas que cuenta con una red de ayudas en Alemania, EEUU, Suecia e Italia.

​Las irregularidades: “Alguien tiene que responder…” Hasta 1988 Chile no contaba con un marco legal para regular las adopciones a países extranjeros. Pero las denuncias más recientes datan del año 2000.

Hoy son muchos los adoptados chilenos que supuestamente fueron entregados de manera regular y que incluso cuentan con un expediente en el Servicio Nacional de Menores (SENAME),  pero al llegar a Chile su madre biológica guarda documentos distintos, en los cuales los datos no coinciden.

“Cambiaron nombres, alteraron fechas y tuvimos la necesidad de tomar ADN. Nos encontramos que en muchos casos no correspondía el nombre de la madre que salía en el archivo con la identidad de la persona. Tenemos expedientes tipo, que cuentan lo mismo a distintas personas”, comentó Rodríguez.

Según la coordinadora, las actuales investigaciones responden a una presión de Suecia donde más de 2.000 chilenos adoptados anunciaron una demanda internacional. “Pero no sabemos si esto conduce a un buen fin y si nos ayuden realmente”, agregó.

​La mayoría de los demandantes presenta una doble identidad, ya que muchos tienen un número de cédula y un nombre en Chile y otro en Suecia. “Y también existen los que tienen doble identidad dentro del propio Chile”, agregó la coordinadora.

Hijos y Madres del Silencio ha logrado reunir más de 60 personas basándose solo en la divulgación de las redes sociales y en la difusión de las historias. Sin embargo, los encuentros se ven limitados por las propias irregularidades y la falta de financiamiento.

“Contamos con una red de ayuda que nos compra el ADN en Estados Unidos y de ahí lo traemos a Chile para enviarlo de regreso a los laboratorios estadounidenses, pero lamentablemente esos recursos tiene que salir de las personas y muchos no pueden asumirlo”, declaró Rodríguez.

La coordinadora llamó al Estado chileno a asumir estos gastos y a hacerse cargo de una situación que vulneró el origen biológico de los adoptados y de las madres que dieron a sus hijos por muertos. “Es angustiante no tener las herramientas para ayudarlos a todos”, confesó.

​Entre las ayudas sugirió: el apoyo para buscar en los archivos de los hospitales, que el SENAME colabore en la búsqueda de orígenes con los chilenos (porque desde el extranjero es más rápido), bancos de ADN, entre otros.