Santiago, 5 ago (Sputnik).- No es fácil imaginar la sorpresa que invadió a las más de 14 mil personas que habitan la pequeña localidad de Tierra Amarilla, en la zona norte de Chile. La semana pasada, encontraron a medio kilómetro de su ciudad un agujero de 32 metros de diámetro y 64 metros de profundidad.
El fenómeno, que por la perfección del círculo parecía casi ufológico, comenzó a aclararse cuando los expertos llegaron al lugar. Aunque las causas del desprendimiento que formaron el agujero aún son desconocidas, se determinó que a 200 metros más abajo del pozo hay una mina de cobre, cuyos trabajos probablemente tengan relación con el hecho.
La compañía minera canadiense Lundin Mining es propietaria de Alcaparrosa de Candelaria, una mina de cobre a cielo abierto y subterránea que produce más de 150 mil toneladas de cobre fino al año. Si bien, los expertos en geomecánica del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) todavía están analizando la génesis del socavón, la minera decidió, por precaución, detener sus operaciones en un perímetro de cien metros a la redonda del lugar.
“Al detectar el desprendimiento, de manera inmediata se aisló la zona, se informó a las autoridades regionales y organismos técnicos y se activaron todos los protocolos de seguridad. Además, se suspendieron las labores subterráneas y se están analizando las causas”, informó la compañía a través de un comunicado.
Sin embargo, la situación se tornó peligrosa, pues los expertos determinaron que el socavón, cuya profundidad puede ser comparada con la de un edificio de 26 pisos, está en expansión. “A menos de 600 metros del socavón está construido el único consultorio de salud de la comuna de Tierra Amarilla”, explicó esta semana el senador y exalcalde de la localidad, Rafael Prohens, cuando la polémica escaló hasta el Congreso Nacional.
RESPONSABILIDAD
Aunque ninguna persona resultó lesionada por la erosión, la historia habría sido distinta de haber sucedido en un lugar poblado. Esto motivó y dio inicio a varias investigaciones paralelas: de autoridades locales, del Gobierno y del Poder Legislativo, para determinar eventuales negligencias y responsabilidades
Este viernes, el Servicio Regional del Ministerio de Minería (Seremi de Minería) ordenó a la compañía paralizar todas las operaciones de su faena minera que puedan estar relacionadas con el socavón. Asimismo, pidió poner más seguridad en el perímetro adyacente para evitar que personas o vehículos transiten por el sector, y mandato a la empresa a poner guardias para que controlen la zona circundante.
“Desde el primer instante, como Gobierno tomamos conocimiento de lo sucedido, generando una coordinación entre las autoridades políticas, organismos técnicos, el gobierno local y la empresa para tomar las mejores decisiones”, informó el Ministerio de Minería por medio de un comunicado.
En el Senado se organizó una sesión especial que reunió a los parlamentarios de las comisiones de Minería y de Recursos Hídricos, con el fin de solicitar antecedentes que permitan determinar responsabilidades.
Los parlamentarios pidieron conocer informes topográficos y de afectación minera, y la senadora Yasna Provoste alertó que algo similar ya había ocurrido en 2013.
Provoste contó que ese año colapsó un caserón, que es una caverna artificial que se forma una vez que se extrae todo el mineral de un yacimiento. El terreno cedió en la parte alta de un cerro y dejó un forado de 30 metros de profundidad. “Nos gustaría conocer los resultados de los estudios que se hicieron en ese entonces”, solicitó la senadora.
Hasta la fecha, las causas más probables de este nuevo socavón, según los expertos, es que la tierra se desprendió debido a la extracción de aguas en napas subterráneas, o que algún túnel o excavación haya colapsado producto de los trabajos mineros en el lugar. Aunque también han surgido otras teorías, como por ejemplo, una erosión generada por lluvia ácida que permea hacia abajo.
TIERRA MINERA
Las detonaciones y los ruidos de los trabajos subterráneos son algo con lo que, lamentablemente, deben lidiar los tierramarillanos día a día, debido a las diversas minas que rodean a esta ciudad minera. Para algunos habitantes, una situación como esta era previsible. “Siempre hemos tenido el temor de que algo así podía ocurrir”, dijo a radio ADN el alcalde de Tierra Amarilla, Cristóbal Zúñiga.
“Hoy sucedió en este espacio, en un predio agrícola, pero nuestro mayor temor es que esto pueda ocurrir en un lugar poblado, en una calle o en una escuela. Proteger la integridad de nuestros habitantes es nuestra mayor preocupación en el momento”, señaló el alcalde.
La autoridad explicó que, aunque no está confirmado, los pobladores creen que las mineras sí realizan trabajos subterráneos bajo lugares habitados y poblaciones. “Nos preocupa el daño que hacen las empresas. Esta misma compañía (mina Alcaparrosa de Candelaria) ya había sido multada anteriormente por los tribunales ambientales. Si esas cosas se dejan pasar, finalmente terminan pasando la cuenta a la población”, cerró.
El próximo ente en entrar al juego será el Poder Judicial, pues los vecinos anunciaron que interpondrán un recurso de protección que podría detener por aún más tiempo el trabajo de la minera. (Sputnik)