Radicales religiosos se hacen del poder en Bolivia

El ex senador Arturo Murillo, del movimiento Unidad Demócrata, y flamante ministro de Gobierno, respaldó y justificó que la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, haya ingresado a la sede del Ejecutivo con una Biblia en la mano.“Si usted no es católico, tal vez para usted sea una exageración. para mí no. Yo siempre con Dios hasta el cementerio”, dijo Murillo.

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Parece un salto similar al de Estados Unidos: de un presidente negro y de corte social, el país pasó a manos de un racista misógino de ultraderecha.

En Bolivia el salto fue más grande: de un indígena ateo que reivindicaba la lucha decolonial, a un grupo de activistas religiosos que se congregaban debajo de un Cristo y que dicen que las leyes de Dios (¿?) deben volver a gobernar.

“Dios ha permitido que la Biblia vuelva a entrar a Palacio. Que Él nos bendiga”, dijo mientras ingresaba a la sede presidencial en La Paz, blandiendo un antiguo ejemplar de los cuatro evangelios entre gritos de “¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios!”.

Con la banda presidencial ya cruzada en el pecho, Añez exhibió una biblia más pequeña de tapas rosadas al saludar desde el balcón del Palacio de Quemado.

Hasta la llegada de Morales al poder en 2006, era usual en Bolivia que los funcionarios juraran sus cargos “por Dios y la Patria” ante una Biblia, y se persignaran.

Pero Morales, un líder indígena izquierdista y admirador de Ernesto ‘Che’ Guevara, un ateo confeso, dejó de lado esos rituales con halo cristiano.

En este Estado laico desde la Constitución de 2009, los nuevos funcionarios comenzaron a expresar su compromiso con el puño izquierdo en alto y la mano derecha en el pecho, aunque no era obligatorio. Ya no hubo menciones a Dios.

Y aunque Morales se declaró alguna vez “católico de base” , nunca ocultó su animadversión al cristianismo, al que acusó de promover la matanza de nativos en la colonia, ante el malestar de los creyentes.

“Con una Biblia en la mano”

Pero desde las cuestionadas elecciones del 20 de octubre, en las que la oposición denunció un “fraude” de Morales para perpetuarse en el poder, el libro sagrado de los cristianos ha estado en el candelero político.

Fue Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, bastión de la oposición, quien anunció que llevaría las Sagradas Escrituras a la casa de gobierno para forzar la salida de Morales, quien se había declarado ganador de los comicios.

“No estoy yendo con las armas, voy con mi fe y mi esperanza; con una Biblia en la mano derecha y su carta de renuncia en mi mano izquierda”, señaló Camacho, en un mitin el lunes 4 a los pies del monumento del Cristo Redentor en Santa Cruz de la Sierra.

Con sus rogativas para enfrentar a Morales, Camacho analizó el apoyo de católicos y evangélicos, un sector que sacó cabeza en Bolivia en las recientes elecciones.

El dirigente cumplió su cometido el domingo pasado, cuando entró al Palacio Quemado para colocar de rodillas una Biblia en el salón principal, sobre una bandera boliviana.

Histriónico, elocuente y fundamentalista, Camacho fue clave para propiciar la partida de Morales, al impulsar movilizaciones callejeras a las que siguieron un motín policial y la decisión de las Fuerzas Armadas de abandonar a su suerte a su comandante en jefe.

“El pueblo quería biblia”

El ex senador Arturo Murillo, del movimiento Unidad Demócrata, y flamante ministro de Gobierno, respaldó y justificó que la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, haya ingresado a la sede del Ejecutivo con una Biblia en la mano.

“Si usted no es católico, tal vez para usted sea una exageración. para mí no. Yo siempre con Dios hasta el cementerio”, dijo Murillo.

El país demandaba su Biblia en el Parlamento y en la Asamblea, y se lo hemos devuelto”, remarcó.

El avance del pastor coreano

Si bien Bolivia es predominantemente católica, los evangélicos cobraron más impulso a nivel político en estas elecciones, con el candidato presidencial coreano nacionalizado boliviano Chi Hyun Chung, quien es pastor presbiteriano.

Aspirante a la presidencia por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), Chi reemplazó en agosto al exmandatario socialdemócrata Jaime Paz Zamora, quien renunció tras recoger una intención de voto por debajo de 1%.

Radical en su rechazo hacia los homosexuales y el aborto, el pastor Chi comenzó a subir como la espuma en las encuestas, hasta ganar sorpresivamente el 8,8% en los comicios, ubicándose tercero detrás de Morales y del expresidente centrista Carlos Mesa.

Una encuesta del diario Página Siete mostró en septiembre que 74,9% de los bolivianos eran católicos y 17,9% evangélicos.

Almagro llama a los obispos

En medio de las invocaciones a Dios en Bolivia, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió el martes en Washington la ayuda de la Iglesia católica para la pacificación del país andino, durante una sesión en la sede del organismo en Washington para tratar la crisis actual.

Almagro, promotor de la realización de nuevas elecciones, dijo que son necesarias “instituciones con legitimidad” para que las partes enfrentadas superen sus diferencias, y por esto instó a los obispos católicos a convocar a “un diálogo”.

“Por ser un actor plenamente respetado, hacemos un llamado a la Conferencia Episcopal Boliviana para que llame a los principales actores políticos en torno a una mesa de negociación y diálogo”, dijo.