Polémica ha generado un reportaje que destapó los millonarios sueldos que reciben los capellanes castrenses, religiosos que cuentan con un rango militar y que ofician en las Fuerzas Armadas.
Según datos de Transparencia publicados por T13, el Estado desembolsa 1.200 millones de pesos anuales en su financiamiento.
Cada uno de estos capellanes cursó estudios en alguna rama de las Fuerzas Armadas, son calificados como militares en servicios -por lo que poseen grados- y reciben hasta 10 veces más que un cura o un párroco.
El obispo castrense, Santiago Silva, actualmente goza de un sueldo bruto mensual cercano a los tres millones de pesos y goza de beneficios como vivienda fiscal, mayordomo y vehículo con chofer. Además, ha sido cuestionado por presunto encubrimiento de abusos sexuales.
En conversación con el mismo noticiario, Silva aseguró que su sueldo “tal como están las cosas, sí, corresponde”. Luego explicó que hace referencia “al hecho de la ley como está hoy planteada, me refiero a los servicios que estamos prestando y al modo como tenemos hoy de vivir esta situación en el obispado castrense. Esto uno lo recibe, no es que lo exija“.
También fue consultado por los casos de abuso sexual a los cuales ha sido vinculado y señaló que “hay una tensión un poco complicada, hasta qué punto yo como obispo tengo que denunciar a los sacerdotes“.
“Me piden ser padre, hermano, amigo de los sacerdotes (…) entonces uno dice que hay cosas que hay que evaluarlas y hacerlas con criterio, de modo de no perturbar la relación con el sacerdote pero tampoco de modo de no perturbar la investigación de la justicia”, agregó.
Para Silva, “todos cometemos faltas de diferentes tipos, y el sacerdote que es una persona, un hombre, un ser humano, también puede hacerlo“.