La cálida amistad que cultivó Hitler con una niña judía

Contrario a todo lo que se puede pensar, Hitler supo desde un comienzo que aquella persona era judía, pero ignoró ese detalle y sintió un cariño especial por la menor, llegando a fotografiarse con ella 10 veces para distintas propagandas.

1606
Hitler y la pequeña Rosa | Foto subastada por la Casa Alexander Historical

Fue en noviembre pasado cuando la casa de subastas Alexander Historical de Estados Unidos vendió en 11 mil dólares (7.4 millones de pesos) una foto en la que aparecía Adolf Hitler junto a una niña judía de seis años en los Alpes Bávaros. Esa pequeña fue Rosa Bernile Nienau y tuvo una estrecha relación con el líder alemán.

El registro data de 1933, tiempo en que Hitler se consolidaba como canciller alemán y buscaba promocionar su imagen con miras a asentar su poder en el país europeo.

Para aquello, el hombre frecuentemente utilizó imágenes en las que aparecía junto a niños, ya que quería entregar la imagen de una persona cercana a los más pequeños, aparte de ser un personaje carismático de la política.

No obstante, la relación junto a Rosa fue mucho más allá de una simple foto, ya que registros históricos han asegurado que la pequeña le envió cartas durante años, incluso cuando el hombre de origen austriaco estaba en la cima del poder.

Según detalla el diario El País, la niña junto a su madre viajaron a los Alpes desde Munich en 1933. La idea de esa visita era celebrar el cumpleaños de Hitler en su residencia de verano.

Hitler y la pequeña Rosa | ABC
Hitler y la pequeña Rosa | ABC

El exsoldado de la II Guerra Mundial pidió conocer a Rosa personalmente luego de enterarse que ambos habían nacido el mismo día, 20 de abril. Aquel encuentro fue el inicio de una amistad que los uniría por cinco años a través de correspondencia. Ella se dirigía al líder como “Tío Hitler”, mientras que él le decía “Pequeña Rosa”.

El origen de Rosa Bernile Nienau y la relación con Hitler

La pequeña había nacido en 1927 en Alemania, su padre había muerto semanas antes de su llegada al mundo y su madre se llamaba Karoline, conocida por ser seguidora de Hitler desde que este se integró en la política.

De acuerdo a los registros de la casa Alexander Historical, la niña era nieta de una enfermera judía que había trabajado en Munich décadas atrás, lo que la hacía tener un cuarto de sangre de esa raza.

Contrario a todo lo que se puede pensar, Hitler supo desde un comienzo que aquella persona era judía, pero ignoró ese detalle y sintió un cariño especial por la menor, llegando a fotografiarse con ella 10 veces para distintas propagandas.

Por esos años, el líder alemán constantemente le pedía a su fotógrafo personal, Heinrich Hoffmann, que le tomara fotos junto a niños en las ciudades que visitaba, ya que quería mostrarse como una persona sumamente cariñosa.

Hitler y la pequeña Rosa | ABC
Hitler y la pequeña Rosa | ABC

Esta imagen, que fue subastada hace poco, tiene una firma particular del excanciller alemán y una dedicatoria a Rosa Bernile Nienau, en la cual le expresa su cariño y amistad.

“La querida y considerada Rosa Nienau y Adolf Hitler, Munich, 16 de junio de 1933″, fue lo que venía escrito junto a la imagen, que luego fue coloreada por la pequeña.

Según sostiene el medio español ABC, los Archivos Federales alemanes en la actualidad tienen registro de 17 cartas que le envió Rosa al canciller de la época, en las cuales le contaba sobre sus actividades diarias.

La niña también hizo amistad con el jefe de ayudantes nazi, Wilhelm Brückner, quien la habría autorizado a ver y juntarse por algunos minutos con el político en su casa de veraneo, que gozaba de gran popularidad por esos años.

“¡Estimado tío Brückner! Hoy tengo mucho que contarte. ¡Durante las vacaciones estábamos en Obersalzberg y me permitieron ver dos veces al querido tío Hitler! Desafortunadamente, nunca has estado despierto”, fue lo que escribió la pequeña en una oportunidad.

Aquella relación de amistad se extendió entre 1935 y 1938. Poco después comenzó la invasión alemana a Polonia y se dio inicio a la Segunda Guerra Mundial.

Quiebre de la amistad y muerte de Rosa

En 1938, el secretario personal de Hitler, Martin Bormann, se enteró de esta amistad y ordenó que la niña no volviera a juntarse con su jefe y detuvieran las publicaciones de fotos que tuvieran juntos.

Bormann también prohibió a Hoffmann seguir tomando fotos del líder con la pequeña en público. En un comienzo, el fotógrafo ocultó esta información a su jefe, temiendo que él se molestara con aquella regla impuesta.

Hitler y la pequeña Rosa | ABC
Hitler y la pequeña Rosa | ABC

No obstante, la restricción fue filtrada por otra persona a Hitler, quien reaccionó alterado ante sus subalternos, aunque no tomó acciones concretas contra ninguno de ellos.

James Wilson, autor del libro Hitler’s Alpine Headquarters, indicó que el líder estaba profundamente molesto de que alguien hubiera “denunciado” el origen de su pequeña amiga.

“Hay personas que tienen un verdadero talento para arruinar mi alegría”, fue lo que le dijo a algunos de sus aduladores en su residencia de Los Alpes.

Por su parte, Rosa Bernile Nienau murió enferma de polio en 1943, a los 17 años. Nunca se supo si ella fue destinada a algún campo de concentración alemán, aunque los archivos de la casa de subastas aseguran que falleció en el hospital de Schwabing.

Esas mismas investigaciones indicaron que ella estudió dibujo técnico durante la adolescencia, ya que tenía talento para realizar trazos y para pintar.

Además, se dice que su primera obra fue dedicada a su “Tío Hitler”, ya que creó un dibujo sobre una de las fotos que tenía junto a él en una de sus visitas a su casa de descanso.

Cabe señalar que la casa de subastas Alexander Historical no entregó detalles de la persona que pagó el dinero para quedarse con ese registro histórico. Tampoco existe detalle de cómo llegó esa imagen a manos de los representantes de esa entidad.