El pasado viernes 9 de marzo, fue un día especial para familiares, amigos, compañeros, vecinos de la comuna y para quienes conocieron en vida al gran hombre que fue Enrique Molina. Y es que nadie puede quedar ajeno al reconocimiento de la labor social de este importante ícono de la lucha y la consecuencia.
Su legado se puede ver plasmado en las nuevas dependencias del HEGC y el proyecto de diseño y construcción del nuevo Hospital Barros Luco Trudeau, y es que gracias a su convicción de contar con una Salud Pública digna, gratuita y para todos, es que se movilizó junto a la comunidad por conseguir estas importante obras, que favorecen el acceso a los habitantes de la zona sur de Santiago a una mejor atención en salud.
La arteria se ubica al costado sur del recientemente inaugurado Hospital Dr. Exequiel González Cortés y conecta las principales avenidas de Santa Rosa, por el oriente, y Gran Avenida por el poniente. Así también, el mural que lleva su nombre, se encuentra a lo extenso de la explanada del ingreso principal al hospital. Estas obras fueron pensadas por el Servicio de Salud Metropolitano Sur y el Frente de Defensa y Recuperación de la Salud Pública de la Zona Sur, para honrar la memoria del fallecido dirigente.
Cabe destacar que a este importante hito asistieron el Diputado Guillermo Teillier; el Secretario General de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de San Joaquín, Álvaro Medina; el Director del SSMS, Osvaldo Salgado; Concejales; Dirigentes sociales y comunitarios; Familiares y amigos del recordado líder y dirigente.
Reseña Bibliográfica Enrique Molina Gutiérrez
1922 – 2014
Enrique Molina fue uno de los dirigentes de la primera toma de terreno de nuestro país, la cual se desarrolló en el sector de Zañartu, desde donde salieron a dar vida a lo que luego fuera la población La Legua en el año 1947. A su corta edad, dirigió gran parte del proceso de asentamiento en dicho sector donde comenzó su lucha por la salud, vivienda y educación, entre otros derechos tan elementales, como el mismo señalara durante toda su vida de militancia. Junto al párroco Rafael Maroto logró la unión de cristianos y comunistas para fortalecer la organización de base, siendo uno de los grandes logros el nacimiento de la Segunda Compañía de Bomberos de San Miguel. Fundó y dirigió el Comité Central de Pobladores, máxima organización de La Legua en los años 50’ y antesala de lo que hoy se conoce como Juntas de Vecinos.
Nuestro vecino Molina además se destacó por apoyar y dirigir procesos de nuevas poblaciones tales como La Victoria, Germán Riesco, Santa Olga, Santa Adriana, René Schneider, Clara Estrella, entre muchas otras.
Fiel a su ideología, Molina ingresó al Partido Comunista a los 14 años de edad y tuvo un rol fundamental en las campañas de Salvador Allende. Al igual que muchos militantes, sufrió apremios en el proceso de la ley maldita y luego en la dictadura del año 1973, permaneciendo como preso político en la cárcel pública de Santiago durante dos años, sumado a múltiples persecuciones que pusieron en riesgo su integridad física. A pesar de esto, siguió siendo dirigente en la clandestinidad, donde cumplió el rol de formador de nuevas generaciones. Al regreso de la democracia en 1990, en la llamada democratización de las Juntas de Vecinos, fue electo como Presidente de dicho espacio, desde donde logró avances significativos en salud, como fue la recuperación y construcción del Consultorio Arturo Baeza Goñi.
En el año 1992, fue candidato a concejal por la comuna de San Joaquín, logrando aportar con su alta votación a que su partido lograra tener el primer representante en el Concejo Municipal en democracia.
En la actualidad, Enrique Molina siempre estuvo ligado a las organizaciones sociales de la población La Legua, de la comuna de San Joaquín y de la zona sur de Santiago, cumpliendo un rol fundamental en la consolidación de las Juventudes Comunistas de la comuna y de la concejalía que hoy encabeza Gustavo Arias. Cabe destacar que Enrique Molina, en el proceso de la última campaña municipal, se autodenominó jefe de campaña de las Juventudes Comunistas de San Joaquín, además de eterno jotoso, joven de ayer y joven de hoy.
Hasta sus últimos días fue secretario político de su célula territorial. Además fue dirigente social e impulsó la formación de los concejos de usuarios de la salud de la zona sur, ocupando el cargo de presidente de dicha instancia, por lo cual en vida recibió incontables homenajes de su comunidad, partido y de las comunas que hoy integran la zona sur de Santiago.