Diez años sin Hugo Chávez diluyeron la integración latinoamericana

Al proyecto de Chávez le faltó tener "bases más sólidas", ya que la Unasur o el Alba estaban "centradas en su liderazgo" y se "desmoronaron" inmediatamente después del fallecimiento del líder venezolano.

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De Wilson Dias/ABr - <a rel="nofollow" class="external free" href="http://www.agenciabrasil.gov.br/">http://www.agenciabrasil.gov.br/</a><a rel="nofollow" class="external free" href="http://www.agenciabrasil.gov.br/media/imagens/2007/12/02/1820wd6125.jpg/view">http://www.agenciabrasil.gov.br/media/imagens/2007/12/02/1820wd6125.jpg/view</a>, CC BY 3.0 br, Enlace

Montevideo (Mesa Américas), 3 mar (Sputnik).- El expresidente venezolano Hugo Chávez (1999-2913) fue el gran adalid de la integración de América Latina a comienzos de siglo, pero 10 años después de su muerte ese impulso se ha frenado y los gobiernos de izquierda hoy prefieren el pragmatismo antes que el compromiso regional absoluto, según analistas.

“La idea de Chávez permanece de cierta manera, pero está diluida, no es exactamente el mismo planteo. La realidad es otra. (…) Se optó por el pragmatismo”, dijo a la Agencia Sputnik la politóloga Karina Lilia Pasquariello Mariano, profesora de la Universidad Estadual Paulista de Brasil, en vísperas del décimo aniversario del fallecimiento del líder venezolano, acaecido el 5 de marzo del 2013.

Chávez fue decisivo en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y el Banco del Sur.

“Hugo Chávez es un momento de inflexión en la política externa venezolana (…) Con Chávez, el país pasa a mirar a América del Sur. Por eso se impulsa el Alba, donde se articuló con países del Caribe y sudamericanos, también la Unasur, que tiene un fuerte impulso la actuación de Chávez de buscar unificar a América Latina”, destacó Pasquariello Mariano.

La analista explicó que, al fallecer el líder bolivariano, “ese papel de liderazgo se rompe, sobre todo porque (el actual mandatario venezolano Nicolás) Maduro no tiene condiciones económicas, el liderazgo ni el carisma de Chávez en la región”.

Esa misma idea es señalada por el politólogo Sebastien Adins Vanbiervliet, de la Pontificia Universidad Católica de Perú, en su ensayo “El proyecto regional Bolivariano y las consecuencias de la muerte de Hugo Chávez para América Latina”.

“Pocos han refutado el carisma de Chávez y su capacidad de, si no convencer, por lo menos atraer a mucha gente, sobre todo entre los sectores más marginados. Su afán de tocar temas sensibles para las clases excluidas, tales como la injusticia social, la pobreza o la corrupción de la casta política tradicional, más sus continuos ataques contra la oligarquía y el imperialismo, hicieron que el presidente fuera visto como un verdadero representante del pueblo, capaz de traducir sus necesidades y sus anhelos. Así también, fuera de Venezuela, fue visto por muchos como un nuevo ícono de los pobres”, afirma.

DISCURSO DISRUPTIVO

Pasquariello Mariano afirmó que el discurso de Chávez en materia de integración es más “disruptivo” en comparación con los que tenían los otros líderes de izquierda latinoamericana a comienzos de este siglo.

“Por ejemplo, (el presidente brasileño Luiz Inácio) Lula (da Silva) fue más comedido en esa actuación. Chávez trae la idea de un nuevo socialismo para la región. Trae un discurso de ruptura con los discursos preponderantes de ese momento, habla abiertamente de una crítica al neoliberalismo y al liderazgo norteamericano. Es más combativo”, afirmó la analista.

En el mismo sentido, el analista Rodolphe Robin, del Instituto de las Américas de la francesa Universidad de Rennes 2, en su ensayo “Mercosur: política externa y perspectivas interregionalistas con las economías del norte” señala que durante la primera ola de gobiernos progresistas hubo dos corrientes en la integración regional: el “soft-liberalismo”, liderado por Lula, y el “antiamericanismo”, impulsado por Chávez.

Mientras Lula en su primer mandato (2003-2011) procuró “trocar” el sistema neoliberal y “limitar su dependencia del Norte” promoviendo a la vez “relaciones pragmáticas” y apertura a los mercados del mundo, Chávez bregó por desterrar por completo la dependencia con EEUU y luchar abiertamente contra el antimperialismo, señala el analista.

Según él, entre estas dos estrategias, tras la muerte de Chávez ganó la del “soft-liberalismo” en la izquierda latinoamericana. Incluso en estos momentos ha ganado más preponderancia con el retorno de Lula al gobierno de Brasil.

EL PRESENTE

Pasquariello Mariano dijo a esta agencia que uno de los motivos por los cuales la izquierda latinoamericana ha optado por el pragmatismo es que las economías regionales no están en la misma situación a comienzos de siglo, ya que la posibilidad de recuperación se “encuentra más lejana”.

Asimismo, indicó que los proyectos de integración son “menos ambiciosos” porque hay una emergencia de una “nueva derecha más radicalizada y organizada”.

“A inicios del siglo lo que había era una disputa entre una centro-derecha y una izquierda o centro-izquierda. En el caso de ahora, hay una extrema derecha, derecha o izquierda. El centro está vacío y eso trae mayor inestabilidad política en la región. Lo vemos en Chile, en Perú, Colombia. Son gobiernos que no logran establecer un consenso suficiente para promover nuevos proyectos. En ese escenario, las articulaciones de integración que van a venir tienden a ser menos ambiciosas, porque hay que lidiar con esa extrema derecha que no da mucho margen de maniobra”, agregó.

Por otro lado, señaló que, aunque Chávez trabajó por disminuir la influencia de EEUU en la región, la sustituyó por otra: la de China.

“Salimos de una dependencia para otra (…) ¿En qué medida hoy los países pueden pensar en buscar más autonomía? Todos los países de la región han firmado acuerdos con la Unión Europea, muchos tienen TLC (tratados de libre comercio), dependen de la economía china. Entonces, ¿en qué medida hay espacio para mayor autonomía? ¿En qué medida esos países pueden sustituir a las potencias extranjeras por países locales? Por ejemplo, ¿es posible sustituir lo que se importa de China y pasar a importar lo de Brasil? Hay algunas cosas sí, pero otras no. Es limitado lo que se puede importar (…) Es por eso que se optó por el pragmatismo”, explicó.

Por otro lado, dijo que lo que aún permanece del pensamiento de Chávez, quien apostaba a una integración política más que económica, es el deseo de Lula de retomar la Unasur y de restablecer otros mecanismos regionales.

Por último, consideró que al proyecto de Chávez le faltó tener “bases más sólidas”, ya que la Unasur o el Alba estaban “centradas en su liderazgo” y se “desmoronaron” inmediatamente después del fallecimiento del líder venezolano. (Sputnik)