(CNN) — La Luna tiene un nuevo cráter doble luego de que el cuerpo de un cohete propulsor colisionara misteriosamente con ella el 4 de marzo.
Nuevas imágenes compartidas por el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA, que ha estado rodeando la Luna desde 2009, revelaron la ubicación del inusual cráter.
El impacto creó dos cráteres que se superponen, un cráter al este que mide 18 metros y un cráter al oeste de 16 metros. Juntos, crean una depresión de aproximadamente 28 metros de ancho en su lado más largo.
Aunque los astrónomos esperaban el impacto tras descubrir que la pieza del cohete iba a chocar con la Luna, el doble cráter que creó fue una sorpresa.
Normalmente, los cohetes gastados tienen la mayor masa en el extremo del motor, ya que el resto del cohete es en gran medida un depósito de combustible vacío. Pero el doble cráter sugiere que este objeto tenía grandes masas en ambos extremos cuando chocó contra la Luna.
El origen exacto del cuerpo del cohete, un trozo de basura espacial que llevaba años dando vueltas, no está claro, por lo que el doble cráter podría ayudar a los astrónomos a determinar de qué se trataba.
La Luna carece de atmósfera protectora, por lo que está plagada de cráteres que se crearon a través de la colisión regular de asteroides contra su superficie.
Esta es la primera vez que un trozo de basura espacial chocó involuntariamente contra la superficie lunar, hasta donde saben los expertos. Sin embargo, algunos cráteres son el resultado de la colisión deliberada de naves espaciales contra la Luna.
Por ejemplo, los cuatro grandes cráteres lunares atribuidos a las misiones Apolo 13, 14, 15 y 17 son mucho más grandes que cada uno de los cráteres superpuestos creados durante el impacto del 4 de marzo. Sin embargo, la anchura máxima del nuevo cráter doble es similar a la de los cráteres de las misiones Apolo.
Origen incierto
Bill Gray, un investigador independiente centrado en la dinámica orbital y desarrollador de software astronómico, fue el primero en detectar la trayectoria del cohete impulsor.
En un principio, Gray lo identificó como la etapa del cohete Falcon de SpaceX que lanzó el Observatorio Climático del Espacio Profundo de Estados Unidos, o DSCOVR, en 2015, pero más tarde dijo que se había equivocado y que probablemente era de una misión lunar china de 2014, una evaluación con la que la NASA concordó.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó que el cohete fuera de su misión lunar Chang’e-5, diciendo que el cohete en cuestión se quemó en la reentrada a la atmósfera terrestre.
Ninguna agencia realiza un seguimiento sistemático de los desechos espaciales tan alejados de la Tierra, y la confusión sobre el origen de la etapa del cohete subraya la necesidad de que las agencias oficiales vigilen más de cerca la basura del espacio profundo, en lugar de depender de los limitados recursos de particulares y académicos.
Sin embargo, los expertos afirman que el mayor desafío es la basura espacial en la órbita terrestre baja, una zona en la que puede colisionar con satélites en funcionamiento, crear más chatarra y amenazar la vida humana en las naves espaciales tripuladas.
Hay al menos 26.000 piezas de basura espacial en órbita alrededor de la Tierra que tienen el tamaño de una pelota de béisbol o más y que podrían destruir un satélite en caso de impacto; más de 500.000 objetos del tamaño de una canica, lo suficientemente grandes como para causar daños a las naves espaciales o a los satélites; y más de 100 millones de piezas del tamaño de un grano de sal, restos minúsculos que, sin embargo, podrían perforar un traje espacial, según un informe de la NASA publicado el año pasado.