Entre Ciencias Naturales y Religión, la mayoría de las personas respondería que la primera es la más importante en la formación escolar de un estudiante. Sin embargo, parece que nuestras autoridades no opinan igual. Históricamente, el currículo escolar en Chile se ha definido por los intereses de cada gobierno. Y usualmente con frenos desde los sectores más conservadores. Educación cívica se aprobó recién el 2016 tras los temores de la UDI de “politizar” a los alumnos. Educación sexual también se ha dejado de lado, y el presidente actual parece estar dando señas de complicidad con tradicionalistas indicando que no se dará educación sexual que se oponga a valores familiares, mientras que su Ministro de Educación se opuso a la idea de dispensadores de preservativos en los colegios, al mismo tiempo que presumía sobre el número de condones que utilizaban sus hijos.
Unas semanas antes, el Consejo Nacional de Educación (CNED) cuestionó la indicación del Ministerio de Educación de incorporar Filosofía y Ciencias Naturales para todos los alumnos de III y IV Medio, señalando que no podían llegar a un acuerdo sobre cuán “pertinentes” eran esas asignaturas para los alumnos del plan Técnico-Profesional, que representan el 46% de los estudiantes de Chile.
La defensa de Filosofía y Ciencias Naturales
Esto inició un movimiento por medios de comunicación y redes sociales, enfocado principalmente en la importancia de Filosofía. Por su parte, el movimiento Educación Laica elaboró un informe que presentó al CNED el 21 de marzo de este año, indicando la urgencia de cuestionar institucionalmente la asignatura de religión. Asignatura que ocupa obligatoriamente dos horas semanales desde prebásica a media, quitando valiosas horas al currículo que podrían usarse para reincorporar Filosofía y Ciencias Naturales, entre otras ventajas.
El informe de Educación Laica
Entre los datos que se entregaron, se incluyó el marco legal que define a la educación pública como laica. Es decir, asegurando evitar discriminaciones según el credo de cada niño. También se recordaron los acuerdos internacionales de DD. HH. vigentes, asegurando el respeto a la libertad de consciencia de los niños. Todos en conflicto con el Decreto 924/1983 que norma las clases de Religión y obliga a vulnerar esos derechos y generar discriminación. Además se expusieron los datos del más reciente estudio encargado por el Mineduc, mostrando que la mayoría de estudiantes se exime de Religión (95% al llegar a 4º Medio), pero deben permanecer en la misma sala y escuchar la clase (52%), irse del colegio (27%) o tener “repasos libres” sin docentes ni contenido normado (16%). En palabras sencillas, un total desperdicio de horas lectivas. Y lo más interesante fue que los miembros del CNED conocían en gran medida estos contundentes datos.
El informe de CNED: Ciencias Naturales y Religión; uno vale más que el otro.
Sin embargo, tras semanas de espera, la institución optó por no incluir ninguna observación cuestionando la pertinencia de Religión. En cambio, dejó a Ciencias Naturales fuera del plan común de formación por falta de horas, aunque al menos aprobaron la presencia de Filosofía.
Con esto, la asignatura de Ciencias Naturales podría quedar fuera de la malla curricular de casi la mitad de los estudiantes de Chile. Esto, a menos que el Mineduc proponga algún modo de incorporarlo al plan de formación complementaria.
No todo es negativo
El panorama parece desalentador y nuestras autoridades e instituciones parecen indiferentes a las necesidades reales en educación. Sin embargo, no todo es negativo. Los movimientos estudiantiles se están organizando. Ya circulan volantes con las consignas “Educación sexual sin tabús” y “Educación laica, no sexista”. El movimiento Educación Laica sigue ganando adherentes y continuará visibilizando la vulneración de derechos producto de las clases de Religión ante instituciones y políticos. Simultáneamente, en Argentina, un movimiento afín exige el fin de clases de Religión de la provincia de Tucumán, y se acerca el Primer Encuentro Latinoamericano de Librepensamiento en Arequipa, Perú, que pondrá el tema de Estado laico y educación laica en el tapete para asistentes y organizaciones de al menos una decena de países.
Pese a la frustrante indolencia política, las voces que promueven el laicismo se seguirán levantando y organizando. Puede que la lucha sea prolongada, pero no daremos marcha atrás ni cesaremos en defender un modelo educativo laico, que respete a todos sus alumnos por igual sin discriminar por credo, y que privilegie la enseñanza con bases científicas por sobre adoctrinamiento, tal como se instauró en 1983 por dictadura, y se ha mantenido hasta hoy gracias al lobby eclesiástico.
Marcos Telias
Codirector de Acción Secular