Brasil superó al Reino Unido como el país con el segundo mayor número de muertos y contagiados con SARS-CoV-2, solo por detrás de EEUU. Mientras la epidemia de coronavirus en Brasil crece cada día más, el presidente del país, Jair Bolsonaro, sigue negando su escala y rechazando la necesidad de guardar cuarentena.
A 13 de junio, Brasil ya suma casi 829.000 casos confirmados y poco menos que 42.000 fallecidos. Aunque la curva del crecimiento del número de contagiados no parece haber llegado a su pico, la gran mayoría de los 27 estados brasileños ya están desescalando las restricciones bajo presión del presidente Bolsonaro.
“Es bastante arriesgada esa flexibilización en este momento, considerando que estamos en un momento descontrolado de la pandemia en el país, con un aumento de casos confirmados y muertes”, asegura el médico Leonardo Weissmann, consultor de la Sociedad Brasileña de Infectología (SBI), citado por el diario español El Mundo.
El estado de Sao Paulo, en el sureste de Brasil, es el más afectado por la pandemia con 167.900 casos confirmados y 10.368 fallecidos. Le sigue Río de Janeiro, en la misma región, con 77.784 contagios y 7.417 muertes. La mayor tasa de muertes la tiene el estado de Amazonas, con 60 fallecidos por cada 100.000.
Sin embargo, un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil reveló que los habitantes de las grandes ciudades del país comenzaron la flexibilización del aislamiento a finales de mayo, antes del permiso oficial de las autoridades locales. Así, las ciudades de Sao Paulo, Rio de Janeiro, Recife, Manaus y Porto Alegre están en plena desescalada.
Con todo eso, la investigación nacional muestra que el pueblo brasileño está lejos de alcanzar la inmunidad colectiva. Para la segunda ronda del estudio llevado a cabo entre el 4 y el 7 de junio, la tasa de personas con anticuerpos pasó del 1,7% de la población al 2,6%. Cabe señalar que la inmunidad de grupo prevé una tasa de 65% o más de personas con anticuerpos.
La respuesta de Bolsonaro
A pesar de la creciente propagación del virus, el presidente Bolsonaro sigue descartando la gravedad del brote y lo califica de “una pequeña gripe”. En una declaración a sus seguidores delante del palacio presidencial en Brasilia aseguró que lamenta cada una de las muertes, “pero ese es el destino de todos”.
El 5 de junio, dos días después de reportar 1.473 muertes en un solo día, el sitio web del Ministerio de Salud fue renovado para eliminar el total de infecciones y muertes. El Ministerio simplemente retiró el sitio web que había mostrado cifras diarias, semanales y mensuales de infecciones y muertes en los estados brasileños. Al día siguiente, el sitio volvió a funcionar, pero las cifras acumuladas de infecciones para los estados y la nación ya no estaban allí.
En un tuit, Bolsonaro declaró que los totales de la enfermedad “no son representativos” de la situación actual del país. No obstante, el 9 de junio Brasil restauró la lista de los datos completos tras una orden de la Corte Suprema.
Mientras tanto, el 12 de junio, Bolsonaro volvió a insinuar que las cifras de enfermos son demasiado altas y que son falsificadas por los que quieren destrozar la imagen de su Gobierno. El jefe de Estado invitó a sus seguidores “a buscar una manera de entrar” en los hospitales públicos y grabar vídeos para comprobar que no están saturados.
“Muchos ya lo han hecho, pero tiene que hacerlo más gente para mostrar si las camas están ocupadas o no, si los gastos son compatibles o no. Eso ayuda”, declaró el mandatario.
La propuesta causó indignación general y los opositores acusan al presidente de empeorar la crisis sanitaria. “El presidente pone en riesgo vidas cuando pide a sus partidarios que invadan los hospitales”, comentó el legislador de izquierda Paulo Fernando dos Santos.
El presidente se libra de toda responsabilidad
El mandatario también había declarado que los gobernadores y alcaldes del país eran plenamente responsables de combatir la pandemia de coronavirus basándose en la decisión del Tribunal Supremo Federal.
“Le recuerdo a la nación que, por decisión del Tribunal, las acciones para combatir la pandemia (cierre del comercio y cuarentena, por ejemplo) estaban bajo la plena responsabilidad de los gobernadores y los alcaldes”, recalcó Bolsonaro.
Desde el comienzo de la pandemia, el jefe del Estado ha presionado a los gobernadores y alcaldes para que relajen las medidas contra coronavirus en todo el país para evitar un colapso económico. Sin embargo, estos se han opuesto al enfoque del presidente, lo que llevó a un caos en el manejo del país.
En una serie de tuits, Bolsonaro culpó a los funcionarios locales por la propagación descontrolada del virus y el número de muertes, mientras que defendía las medidas de su Gobierno.