A comienzos de semana, la llamada sesión de investidura en la que el parlamento español debía ratificar al presidente del Gobierno, terminó en un fracaso rotundo, después que se había dado por hecha una coalición entre el Partido Socialista Obrero (PSOE) del presidente Pedro Sánchez y el izquierdista Podemos. A último minuto las negociaciones no fructificaron, lo que implicó un desastre político y comunicacional de proporciones.
El espectro político español es bastante parecido al chileno: hay tres partidos de derecha- uno clásico, el Partido Popular; uno ultraderechista, el recientemente creado Vox; y uno liberal, llamado Ciudadanos; un partido socialdemócrata, el PSOE; y una serie de agrupaciones de izquierda, la más importante de las cuales es Podemos. Por lo mismo, hay lecciones que extraer de la bochornosa experiencia, en este caso para una posible alianza entre la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio, que muchos consideran la única alternativa para impedir un nuevo gobierno de derecha.
Hay tres puntos imprescindibles para el éxito de una negociación política:
- No adelantar y dar por hecho un resultado aún incierto;
- Mantener en reserva los puntos en negociación, evitando filtraciones a la prensa
- No denostarse públicamente.
En los tres casos, los políticos españoles fallaron en forma categórica.
Con lo similar del escenario partidista, hay sin embargo una diferencia entre los sistemas políticos español y chileno. El primero es parlamentario, por lo que las negociaciones se realizan después de las últimas elecciones, con los resultados a la vista. En nuestro sistema presidencial hay que negociar antes, basándose en elecciones pasadas.
Dado este hecho -y tomando en cuenta el ambiente político enrarecido que se vive en la actualidad- no es descartable que nuestros políticos locales repitan exactamente los mismos errores de sus homólogos españoles.
Por :Jorge Gillies, portavoz de la Universidad Tecnológica Metropolitana para temas de Comunicación Política.