
El régimen de Corea del Norte continúa aplicando medidas extremas contra quienes intentan huir del país. Tres ciudadanos fueron ejecutados en público luego de ser capturados cuando intentaban escapar a Corea del Sur . El castigo, aplicado ante una multitud que incluye niños, refleja el endurecimiento de las penas contra los desertores en un país donde la represión estatal es sistemática.
Arresto y condena inmediata
Los hombres, identificados como dos hermanos de apellido Kim y su amigo Ri , fueron capturados el 6 de enero mientras intentaban cruzar al sur en una embarcación que habían adquirido con sus ahorros. Durante la travesía, avistaron una nave en medio de la niebla y pidieron ayuda creyendo que era un barco surcoreano. Sin embargo, resultó ser un patrullero norcoreano, que los arrestó de inmediato.
Tras su detención, los tres fueron sometidos a interrogatorios y torturas antes de ser condenados a muerte en un juicio sumario. Se encontraron tan debilitados que, según testigos, fue necesario atarlos en seis puntos distintos a las estacas para mantenerlos en pie.
Una ejecución para infundir miedo.
El 9 de enero, en la aldea de Songjong-ri , los tres condenados fueron llevados ante una multitud. Oficiales militares pronunciaron la sentencia al grito de: “¡Los traidores a la Nación deben ser castigados!” Diez verdugos dispararon nueve balas a cada prisionero , impactando en la cabeza, el pecho y las piernas. Cada uno de los ejecutados recibió cerca de 100 disparos.
Después de la ejecución, los cuerpos fueron incinerados en el mismo lugar. “No hay lugar para enterrar los cuerpos de los desertores en esta tierra”, habrían declarado los oficiales. Algunos de los espectadores, entre ellos niños, colapsaron por el impacto de la escena.
Endurecimiento de las penas contra desertores
En el pasado, quienes intentaban escapar de Corea del Norte pudieron enfrentar hasta 15 años en campos de reeducación . Sin embargo, en los últimos años, la pena de muerte se ha convertido en una práctica frecuente para evitar nuevos intentos de deserción.
La represión no solo afecta a quienes intentan huir, sino también a sus familiares, quienes pueden ser enviados a campos de trabajo forzado o ejecutados por “traición”. La estrategia del régimen busca infundir terror y control sobre la población.
Otros métodos de ejecución en el régimen de Kim Jong-un
Las ejecuciones públicas no son un fenómeno nuevo en Corea del Norte. En 2017, la desertora Hee Yeon Lim relató haber presenciado la ejecución de una vez músicos acusados de grabar material pornográfico. Fueron atados a cañones antiaéreos y “volados en pedazos” ante 10.000 espectadores en una academia militar.
Otro caso reportado en 2015 involucró al entonces ministro de Defensa Hyong Yong Chol , quien supuestamente fue ejecutado con un cañón antiaéreo por haberse dormido durante un evento oficial. Aunque la información fue difundida por la inteligencia surcoreana, nunca se pudo confirmar ni desmentir el hecho.
Una estrategia de control basada en el miedo.
Las ejecuciones públicas han sido un pilar en la estrategia de control del régimen norcoreano. Estos actos buscan reforzar el miedo en la población y demostrar las consecuencias de desafiar al gobierno de Kim Jong-un . La comunidad internacional sigue denunciando estas prácticas como violaciones sistemáticas a los derechos humanos , pero hasta ahora no han generado cambios en las políticas represivas del país.