¿Se puede vivir sin sexo?

Hace poco que la asexualidad se considera como nueva orientación sexual. Según estudios, cada vez más y más personas nacidas entre 1980 y 1990 no practican sexo. Y los expertos tratan de explicar las razones.

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Hasta la fecha, en Europa y EEUU existe una cantidad de comunidades y centros de apoyo de asexuales que puede comparase con la cantidad de instituciones relacionadas con el grupo LGBT. Cabe reconocer que los asexuales casi no se condenan por parte del público.

Según los estudios, una de cada 100 o 200 personas puede considerarse asexual. Sin embargo, la gente simplemente no suele creer que los asexuales existan, ya que casi toda la cultura popular se basa en el tema del sexo. Por lo tanto, el objetivo principal de las instituciones destinadas a apoyar a los asexuales es convencer al mundo de que dicha gente existe, tiene sus derechos y ayudan a que los asexuales se conozcan y mantengan relaciones.

Para ello, en el Reino Unido crearon un club para los que buscan pareja asexual, en Francia, un café, dedicado al mismo tema, en China, una agencia matrimonial. En Rusia la comunidad todavía está poco desarrollada, sin embargo van apareciendo las páginas temáticas en la red y los grupos oficiales de apoyo psicológico.

De hecho, los asexuales son personas comunes, pero no tienen interés en las relaciones sexuales —aunque físicamente pueden tenerlas—. Los asexuales suelen conseguir otras formas de placer e intimidad. Una revista rusa TimeOut cuenta qué corrientes existen dentro de la comunidad asexual.

¿Qué tipos de asexuales hay?

El único rasgo común de todos los asexuales es el rechazo al sexo, sin embargo, dentro de esta amplia comunidad coexisten corrientes diferentes: los mismos asexuales, los resexuales y los demisexuales.

Los asexuales son capaces de practicar sexo para la reproducción, pero no lo aceptan como una parte de las relaciones. Los demisexuales pueden tener contacto físico solo en casos de un fuerte vínculo emocional —sin que sea una parte necesaria de su vida—, y los resexuales son los que rechazan el sexo completamente.

Otros tipos de personas que no necesitan sexo son arrománticos y litrománticos. El primer tipo, —los arrománticos— no acepta ningún tipo de relación, cualquiera que sea, mientras que los litrománticos no están interesados en las relaciones recíprocas: les atraen las personas que no correspondan a su amor que ni siquiera intentan aproximarse a ellos. Este tipo de personas normalmente canaliza sus emociones en la actividad artística o laboral.

Puede surgir una pregunta, cómo entonces pasan el tiempo las parejas asexuales y qué suelen hacer juntos. La respuesta resulta ser bastante clara: se comunican, ven películas, pasean, beben vino y hacen lo mismo que los demás. Además, tienen sus propios métodos de sentir placer parecido al propio del sexo.

¿Qué fetiches tienen los asexuales?

Entre las actividades poco comunes que permiten experimentar placer aparece la así llamada dacrifilía —la contemplación de una persona llorando— que anteriormente se consideraba como una parte de la cultura BDSM. Sin embargo, actualmente los amantes de las lágrimas afirman que no es nada más que una especie de relación emocional sin contacto. Los vídeos que atraen a los aficionados a la dacrifilía tienen un carácter completamente inocente —pueden ser escenas de melodramas emotivos—.

El fetiche que ha ido ganando una inmensa popularidad durante los últimos años se llama ASMR y puede considerarse como una tendencia más popular entre los asexuales. Este tipo de actividad consiste en la obtención de placer a través de diferentes sonidos, como el susurro. En YouTube aparecen numerosas grabaciones de todo tipo destinadas a los amantes de ASMR.

Otra práctica bastante curiosa, voyerismo gastronómico, consiste en la contemplación de las personas comiendo. Es una nueva corriente de los blogs de vídeo que acaba de aparecer en Asia hace poco, pero va conquistando una popularidad considerable; así, en Corea del Sur ya existen más de 3.500 videoblogs de dicho género. Los protagonistas no hacen nada más que colocar una gran cantidad de comida en la mesa para acabar consumiéndola con una música tranquila. Este fetiche se basa en la intimidad del mismo acto de comer.

Por muy extrañas que puedan parecer las preferencias de los asexuales junto con su rechazo completo al contacto físico, los estudios aseguran que los asexuales tienen todas las posibilidades de formar pareja y mantener relaciones —aunque tienden a estar solteros con más frecuencia que otras personas—.

Según los expertos, no está claro si la asexualidad es innata o adquirida. Algunos asexuales insisten en que nacieron de esa manera. Otros se convirtieron en el transcurso de la vida.