Casas de reposo para la tercera edad deben contar con permiso sanitario para funcionar y la mayoría de las autorizadas están en Providencia y Ñuñoa detalles en esta nota publicada por Economía y Negocios del Mercurio
En 1920, la esperanza de vida en Chile era cercana a los 50 años. Los tiempos han cambiado y un signo de ello es que, según las Estadísticas Vitales de 2016 -las más recientes-, la mayoría de los chilenos llega a celebrar entre 85 y 89 cumpleaños.Pero con una vida más larga también aparecen nuevas interrogantes, como por ejemplo, dónde pasar la vejez. Sobre todo cuando se requieren cuidados más específicos o se trata de un adulto mayor no autovalente.
Los Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM) son una alternativa a la que pueden optar quienes se encuentran en la tercera edad y que, por motivos psicológicos, biológicos o sociales, necesitan estar en un ambiente protegido y con cuidados especialmente orientados a preservar su funcionalidad y salud.
Para operar de forma legal, estos recintos deben estar autorizados por la Seremi de Salud. Según el catastro más reciente -de junio-, en la Región Metropolitana hay 461 recintos abiertos, con 12.641 camas.
Disparidad comunal
Los cupos, sin embargo, no están repartidos de forma equitativa en las comunas. Algunas, como Las Condes, tienen 51 ELEAM y pueden recibir a 1.679 personas. Otras, como Quilicura, tienen solo uno, con 10 camas. Una baja cantidad considerando que, según el Censo de 2017, allí residen 11.362 adultos mayores.
La coordinadora del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) de la Región Metropolitana, Pamela Mardones, afirma que puede haber factores ligados a la propia arquitectura de las comunas, que influyan en la tendencia a que existan más residencias de este tipo en lugares como Ñuñoa y Providencia.
“La zona más antigua se presta para instalar hogares. No es llegar y abrir uno”, explica. Se requiere de un espacio con un cierto diseño, ya que es complejo, por ejemplo, funcionar en dos pisos. Mardones añade que un ELEAM solo sería necesario para “aquellos que tienen una dependencia más severa”.
En ese sentido, la coordinadora plantea que “es el último recurso”, y destaca la existencia de otros programas que permiten brindar apoyo en esta etapa de la vida, sin que el adulto mayor se aleje de su hogar o de su núcleo familiar.
Alternativas
Al igual que otras 10 comunas de la región, San Joaquín posee solo una residencial autorizada. Se trata de la casa de reposo “Madre Divina”, con 12 cupos. En la zona viven más de 13 mil personas mayores de 65 años: hay 1.165 adultos mayores por cama disponible.
Francia Guzmán, dueña del recinto, afirma que la demanda ha subido en los últimos años y que muchos acuden por falta de tiempo para cuidar de sus parientes. Conocedora del rubro hace más de dos décadas, asegura que también han surgido iniciativas clandestinas: “Acá cerca conozco. No entiendo por qué no sacan los permisos, no es tan fácil, pero tampoco es difícil. ¿Pero qué se haría con los viejitos si cierran esos hogares?”.
Mardones recomienda a las familias verificar que los establecimientos tengan permiso para funcionar: “Es una responsabilidad muy grande y hay que pensarlo muy bien”. “Recorran, pregunten, y no avisen que van a ir”, aconseja, incluso, para conocer las condiciones reales del lugar.
Valentina González
Nacional
El Mercurio