La crisis social que ya se extiende por tres semanas en Chile ha dejado en vilo la estabilidad de muchas pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Saqueos, ataques incendiarios, piedrazos o rayados en sus muros son algunos de los daños que han sufrido en medio de las manifestaciones sociales.
Tras ello, vino la incertidumbre: hay seguros comprometidos en algunos casos, sin embargo, la baja en las ventas es tal que han hecho “malabares” para poder pagar los sueldos y compromisos crediticios.
Al 31 de octubre, el Ministerio de Economía cifró en 6.791 las Pymes afectadas por hechos de violencia. Los principales rubros afectados son comercio (mayorista y minorista) y la industria hotelera
Durante las últimas horas el Gobierno anunció el envío de un proyecto de ley para adelantar el pago obligatorio a las Pymes por los servicios que prestan dentro de un plazo máximo de 30 días. Además, lanzó la campaña #ElijoPyme en redes sociales.
El Ejecutivo también comunicó una inyección de recursos de más de $13 mil millones para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Hotel Principado de Asturias
BioBioChile conversó con Iván Marambio, gerente del Hotel Principado de Asturias, ubicado en Ramón Carnicer en Santiago, el cual el 23 de octubre fue saqueado. En días posteriores siguió siendo víctima de turbas y delincuentes.
Cuadros en el suelo, vidrios rotos y muebles destruidos fueron parte del escenario que dejó el ataque; y los pasajeros debieron ser enviados a otros recintos.
“Estamos desolados”, expresó Marambio, detallando que emplean a 50 personas y que la gran cancelación de reservas es algo que nunca antes habían vivido.
“He hablado con otros hoteleros y también están muy impactados”, añadió.
Producto de que están en un barrio vulnerable a los desórdenes, tomaron la determinación de darle vacaciones a algunos trabajadores, a fin de resguardarlos.
Marambio comentó que algunos recepcionistas y botones se están turnando para cuidar las dependencias. “Nuestro principal foco siempre es la seguridad de nuestro personal, pero a la vez todos queremos cuidar el hotel, que es nuestra fuente de trabajo… tenemos miedo de que nos vuelvan a atacar”, relató.
La administración del hotel aún no puede dimensionar las pérdidas materiales, que son millonarias, y una empresa de seguros está realizando el respectivo análisis.
“Tenemos un acuerdo con nuestros trabajadores, algunos se han tomado sus vacaciones, otros se han trasladado a ejercer funciones a otros hoteles… pero no podremos aguantar más de un mes así. Sería muy doloroso tener que tomar medidas drásticas, como despedir gente producto de esta crisis”, señaló Marambio.
Copa Libertadores a Lima
Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta ejecutiva de la Federación de Empresarios Turísticos (Fedetur), indicó que todo el gremio turístico -hotelero y gastronómico- está extremadamente impactado: a la cancelación de la APEC y COP25, se sumó el traslado de la final de la Copa Libertadores a Lima.
Por tanto, “las reservas se siguen cayendo”, lamentó.
Sólo con este último evento se estimaba una entrada de US$3 millones y de cerca de 30 mil visitantes que se alojarían, comerían y comprarían en el comercio de Santiago.
“El 98% de nuestro gremio es micro y mediana empresa, muchos de ellos con varios compromisos con bancos, con sus trabajadores”, explicó.
Kouyoumdjian comentó que muchos turistas extranjeros “de seguro ven las noticias y deben pensar que los movimientos sociales son en todo Chile. Pero tenemos destinos que están funcionando normalmente, al igual que el aeropuerto… sin embargo, con las postales que se muestran da pena pensar que no les den ganas de visitar Chile”.
Rendibú
Rendibú es una cafetería que nació en Concepción y que hoy cuenta con seis sucursales que se extienden por la cuidad penquista, Talcahuano, Chillán y Santiago.
Al inicio de la crisis social, y producto de la semana en que hubo toque de queda, vieron una merma en sus ventas. Lo que no pensaron era que esto se extendería y que el golpe económico seguiría dañando al comercio.
“Todos nuestros locales han tenido que paralizar sus funciones. A nosotros nos saquearon el local ubicado en la diagonal de Concepción. Tratamos de abrir, tenemos el apoyo de nuestros trabajadores, pero sienten mucho miedo”, narró Hans Lozano, gerente de Rendibú.
Lozano fue enfático en que como empresa ellos apoyan las demandas sociales, pero no la agresividad. “Incluso hemos adaptado los turnos para que nuestros trabajadores puedan asistir a las marchas. Tenemos una excelente relación entre todos”, añadió.
Sin embargo, los mismos empleados han comentado sentir miedo de los ataques y se han ofrecido para defender los locales, “que son su fuente laboral. Varios de ellos se pagan sus estudios con este trabajo”, indicó Lozano.
El problema, dijo el ejecutivo, es que los actos de violencia son de tal magnitud que “han paralizado la ciudad”.
Rendibú da trabajo a 70 personas, entre operarios, gerencia y contadores. De sus seis locales, cuatro están ubicados en malls, los que también han debido cerrar sus puertas por seguridad (mall El Trébol, Arauco Chillán, y mall Plaza Oeste y Vespucio en Santiago).
“Ayer pagamos los sueldos con los ingresos que teníamos. Llevamos un buen orden financiero y gracias a eso pudimos cumplir ese compromiso”, finalizó Lozano, comentando que hay días en que con suerte han podido abrir “dos o tres horas”, lo que claramente tiene a las ganancias en rojo y les ha generado una incertidumbre sobre qué pasará con su estabilidad.
Según datos del Ministerio del Trabajo, las Pymes en Chile generan dos de cada tres puestos de trabajo, lo que se traduce en más de 5,3 millones de empleos.