El ministro de Cultura peruano, Ciro Gálvez, anunció que el gobierno de su país buscará reflotar la goleta chilena Covadonga. Esta resultó hundida en medio de la Guerra del Pacífico hace 141 años.
“Vamos a hacer las gestiones para rescatar los restos de este barco de guerra para tener un recuerdo de ese infausto acontecimiento y que en el futuro no vuelvan a ocurrir conflictos entre países hermanos”, dijo el secretario de Estado.
La explosión mató a 31 marineros y al comandante del buque, un hecho que ocurrió en puerto de Chancay, 100 km al norte de Lima.
“Aquí fue hundido el barco chileno (…) es un patrimonio marítimo y cultural que está en territorio peruano”, dijo el ministro al visitar el lugar.
El Hundimiento de la Covadonga
por Ernesto Linares Mascaro;
El 13 de septiembre se recuerda el hundimiento de la goleta chilena Covadonga en el puerto de Chancay, siendo este el logro más significativo de la Ingeniería Militar, en momentos que ya no se contaba con una escuadra efectiva para hundir a los buques enemigos.
…Chancay era un puerto indefenso, pero esto no impidió que los chilenos lo bombardearan para impedir el transporte terrestre. Es el historiador chileno Vicuña Mackenna el que nos narra los esporádicos bombardeos de la Pilcomayo:
“la Pilcomayo disparó el 23 de junio cuatro tiros sobre una recua de mulas, sin causar el menor daño ni a los arrieros ni a las acémilas.
El 1º de julio igual número de disparos y la misma impunidad. El 3 de julio 25 tiros y ninguna avería. El 4 de julio se hizo fuego a la playa con ametralladora, pero con resultado negativo. El 14 de julio 11 tiros sobre el cerro de Peraloillo; más el cerro quedó inmutable, y no mojó sus rocas azotadas por las olas ni una sola gota de sangre peruana, ni siquiera de cuadrúpedo’ .
El capitán Ferrari ordenó al aspirante don Melitón Guajardo se dirigiese con el calafate José María Avila a reconocer al bote. No encontrando estos nada sospechoso a su bordo lo trajeron al costado de la goleta para izarlo. Esto se hizo a pesar de que el contralmirante Galvarino Riveros, Comandante en Jefe de la escuadra chilena, había ordenado el 7 de julio que no se reconociese ninguna embarcación sin permiso previo de la nave de la insignia, y el 23 de julio, que no se permitiera acercarse a la amura de los barcos de la escuadra a menos de mil metros ninguna embarcación menor, cualquiera que fuese su bandera, a fin de evitar toda celada. Alrededor de las 15:15 se procedió a levantarla del agua y estalló el artefacto explosivo, que un marinero sobreviviente comparaba al estallido de cuarenta cañonazos a un tiempo, hundiéndose la Covadonga en dos minutos.
Texto tomado del blog de Jonatan Saona: https://gdp1879.blogspot.com/2008/09/hundimiento-de-la-covadonga.html#ixzz74VNZp3LX