Óscar Contardo: A la Iglesia Católica no le interesa resolver ningún caso

Felipe Berrios mantiene la tesis de que Poblete engañó a la comunidad jesuita, ¿qué reflexión haces sobre la teoría de “la doble vida”? : Esa tesis comunicacionalmente es perfecta para ellos, para zafarse de la responsabilidad institucional. Esa tesis no la levantaron cuando aparecieron los otros casos de jesuitas acusados, que son varios

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El caso de Renato Poblete ha dejado contra las cuerdas a la Compañía de Jesús. En la última semana, fue presentado un informe ordenado por la propia congregación, sobre los abusos sexuales cometidos por el fallecido sacerdote. Las reacciones al respecto van desde el recelo de las víctimas de otros sacerdotes jesuitas hasta la teoría de algunos religiosos, casi por fe, de que el excapellán del hogar de Cristo habría camuflado astutamente sus pecados.

En medio de estos hechos, el nombre del periodista y escritor Óscar Contardo ha tomado fuerza con razón y no solo por tener entre sus obras a un libro que relata una serie de abusos cometidos por la congregación de los salesianos en Chile (Rebaño, 2018), sino porque, luego de su publicación, muchas preguntas quedaron sueltas.

Contardo, que estaba preparado para hacerlas, intentó en vano acreditarse como prensa el día en que se presentó dicho informe. Sobre esto, el accionar de la iglesia en casos que involucran a sus figuras, y los vínculos que unen a los jesuitas con los medios en Chile, el periodista conversó con Diario y Radio Universidad de Chile.

¿Qué sucedió en este punto de prensa organizado por la Compañía de Jesús?

Quise ir a la presentación de ese informe porque había investigado el tema en mi libro. Me enteré que había que acreditarse con Haydée Rojas, que es la encargada de comunicaciones, a quien yo conozco desde hace veinte años atrás. Le escribí y le dije que iba como freelance y me dijo que no podía. Entonces, la editora de La tercera me dijo que me acredite como parte de Reportajes de La Tercera. Insistí a Haydée Rojas, pero me dijo que no, que no había espacio, que era una persona por medio. En la televisión vi después que sí había espacio.

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¿Por qué querrían evitar que entres?

No sé si tiene que ver conmigo en particular, pero fue un descriterio. Se trataba de una noticia de interés público y nacional. Quedan tan pocos medios, que tampoco iba a ser un problema de espacio.

Pero igual has manifestado en Twitter que te has ganado una fama de peligro para la iglesia.

Ellos lo ponen así. Yo solamente estuve en un caso donde se ve que nadie había dicho nada y que había mucho que indagar.

¿Cómo llegaste al tema jesuitas en ‘Rebaño’? En general, está enfocado en los salesianos.

El libro salió en octubre, pero la gran mayoría de personas que me pregunta por el tema no lo ha leído y se preocupan solamente por la investigación sobre los jesuitas, que es menos de un capítulo del libro. Lo que yo concluyo con esto es que lo que les importa es que se toque a una congregación religiosa de la élite. El resto les importa un rábano, porque la cantidad de información que hay sobre abusos salesianos en distintos momentos y en distintos lugares de Chile es enorme, pero a quienes no se podía tocar era a los jesuitas.

Es decir, ¿a la Iglesia Católica no le interesa resolver esos casos?

A la Iglesia Católica no le interesa resolver ningún caso, pero lo que estoy planteando es que a la opinión pública y a ciertos sectores cercanos a la congregación, lo que les molesta es que se hable de los jesuitas.

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Si a ellos no le interesa, ¿de dónde parte la iniciativa por esta investigación en el caso Poblete?

Estaban acorralados porque Marcela Aranda había hablado en los medios. Es lo que ha pasado en todo el mundo; la Iglesia Católica, las congregaciones y las diócesis solo reaccionan cuando no pueden parar a las víctimas y cuando tienen que dar cuentas frente a los medios y a la opinión pública.

Sobre el caso Poblete, Felipe Berrios mantiene la tesis de que Poblete engañó a la comunidad jesuita, ¿qué reflexión haces sobre la teoría de “la doble vida”?

Esa tesis comunicacionalmente es perfecta para ellos, para zafarse de la responsabilidad institucional. Esa tesis no la levantaron cuando aparecieron los otros casos de jesuitas acusados, que son varios. Tampoco  se levantó cuando se habló de Karadima, de que tenía una doble vida, de que ellos veían solamente una vida y de la otra nunca supieron. Me parece nada más una forma de distraer a la opinión pública y quitarle peso a la responsabilidad institucional.

La justicia ya no puede hacer mucho con alguien fallecido, pero ¿este tema debería trascender hacia los encubridores?

El informe presentado fue encargado por los propios jesuitas a un abogado, pero es un resumen de situaciones que acreditan que sí hubo abusos cometidos por Poblete. La investigación debería hacerla la fiscalía y dejar establecido, porque según los jesuitas no hubo encubrimiento, cómo es que durante 50 años este hombre abusó y violó mujeres. Hay 22 testimonios y ahora aparecen otros 20 más que podría llegar a denunciar formalmente, ¿cómo es que nadie supo nada en una congregación religiosa donde se vive en comunidad, donde hay cuenta de conciencia de los sacerdotes con sus superiores anualmente?

¿Le sirve este informe a la justicia?

No se trata de que sirva o no. El punto es que si la fiscalía no investiga, la justicia no está haciéndose cargo del tema. Es como si fulano matara a alguien y fulano mandara a hacer un informe sobre ese asesinato. De eso no se trata la justicia.

Hay muchas preguntas sueltas. Por ejemplo, quiénes eran las personas con las que Renato Poblete se concertaba para abusar sexualmente de una mujer. Según el testimonio de Marcela Aranda eso ocurrió.

Finalmente, hay un tema de coherencia que reclamas de instituciones como la Universidad Alberto Hurtado, ¿se espera un mea culpa de éstas?

Los jesuitas, durante muchos años, tuvieron muchísima influencia en los medios de comunicación. Los periodistas se inhibían de investigar o de denunciar cualquier cosa que tuviera que ver con los jesuitas porque había una estrecha relación con ellos. Sacerdotes que salían frecuentemente entrevistados en los medios y que además son parte de la organización del premio más importante de periodismo que existe aquí. Cuando empezaron los escándalos de abuso sexual, nadie tocaba a los jesuitas, cuando fue denunciado Karadima, ya había sido denunciado el provincial de los jesuitas y nadie hablaba de eso. Yo me pregunto, estos señores están entregando como institución un premio de Periodismo de Excelencia, pero hay víctimas que estaban aterrorizadas de hablar durante años y el periodismo en Chile no acogió lo que era evidente. Ahí hay un problema.

¿El problema debería resolverse desde la institución o desde la actitud del periodismo?

No podría decirle a nadie lo que tiene que hacer. Si a mí me dicen, Óscar, participa de este premio ahora, en estas circunstancias, yo no lo hago, no lo hago hace años. Y no lo hago porque me parece ridículo participar si sé que están escondiendo crímenes. Eso es lo que han estado escondiendo.