México define su futuro este domingo con economía estable y retos de gobernabilidad

En vísperas de los comicios, el estatal Banco de México (Banxico), anunció una proyección a la baja del crecimiento, de un 2,8 por ciento anterior a un avance moderado de 2,4 por ciento en 2024

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De Secretaría de Cultura Ciudad de México - https://www.flickr.com/photos/culturacdmx/37320448684, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=94927391

Ciudad de México, 31 may (Sputnik).- México acude a las urnas este domingo a definir su futuro, con la posibilidad de tener su primera mujer presidenta, con un crecimiento económico moderado, inflación contenida y una divisa fortalecida, pero con enormes desafíos en seguridad, crimen organizado y corrupción.

En vísperas de los comicios, el estatal Banco de México (Banxico), anunció una proyección a la baja del crecimiento, de un 2,8 por ciento anterior a un avance moderado de 2,4 por ciento en 2024.

Entre 1980 y 2022, el país integrado a la región de Norteamérica, y principal socio comercial de EEUU, registra un modesto crecimiento promedio de 2,0 por ciento anual.

Sin embargo, de 2018 al 2024 el promedio ha sido un magro avance de 0,8 por ciento anual, entre otras causas por el impacto de la pandemia y la deuda pública.

El banco central señala en víspera de los comicios que “existe una elevada incertidumbre sobre la magnitud de los posibles efectos del gasto público sobre el desempeño de la economía en general”.

ESTABILIDAD MACROECONÓMICA

El doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Ignacio Martínez Cortes, dijo en entrevista con la Agencia Sputnik que el análisis de la segunda economía latinoamericana presenta una buena marcha.

“En términos macroeconómicos el país marcha bien, más que regular, en las cuestiones clave de ingresos y egresos, recaudación fiscal, no es de excelencia el escenario, pero sin los signos de recesión que se presentaron en 1995 y 2009”, estima el analista.

La inflación en México se colocó en 4,78 por ciento interanual en la primera quincena de mayo, mayor al 4,65 por ciento registrado en el mes de abril.

Pero el banco central espera que se logre la meta de una inflación de un 3 por ciento hasta el cuarto trimestre del próximo año 2025.

El especialista que dirige el Laboratorio de Análisis de Comercio, Economía y Negocios de la UNAM (Lacen), explica que “la inflación y la tasa de interés a la baja provocan que el consumo se incremente, pero esos dos indicadores provocan también que el peso frente al dólar se deprecie”.

El tipo de cambio se colocó encima del nivel psicológico de 17.00 pesos por dólar, debido a un aumento de la volatilidad en anticipación a las elecciones.

Las exportaciones mexicanas a EEUU sumaron 480.000 millones de dólares en todo 2023, con un alza interanual de 5 por ciento, que representan más del 80 por ciento de sus ventas al exterior, mientras que las importaciones ascienden a un monto similar.

Una drástica caída de bienes importados desde China en 2023 coronó a México como el mayor socio comercial del motor económico de EEUU.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA

Un peso apreciado y una tasa de interés alta aumentan y encarecen los costos de la deuda pública, y golpean el déficit fiscal.

“Preocupa el creciente déficit público, que es el otro lado de esta famosa estabilidad macroeconómica”, explica Martínez.

La marcha de la economía no alcanza a cubrir los ingresos que requiere con relación al enorme gasto público que se realiza.

“Este año 2024 faltan el equivalente a unos 127.000 millones de dólares para completar el presupuesto federal”, advierte el economista.

A pesar de su estabilidad moderada, el déficit obliga a colocar en los mercados financieros bonos de deuda pública.

“En cinco años de la administración que termina, con relación a la anterior, la deuda es del orden 37 por ciento con respecto al 2023, lo que podría crecer por el déficit del gasto público”, indica Martínez.

En promedio, en los últimos cinco años el déficit público promedio anual ha sido del equivalente a unos 103.0000 millones de dólares.

GASTO PÚBLICO Y PROGRAMAS SOCIALES

El gasto público se ha enfocado en cuatro grandes obras de infraestructura del presidente Andrés Manuel López Obrador, fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena): un aeropuerto internacional en la principal base aérea militar; una refinería de crudo en costas del Golfo de México; un corredor interoceánico en el istmo de Tehuantepec; y el turístico Tren Maya en la península de Yucatán.

Además de esas cuatro grandes obras, en el presupuesto de la inversión pública en infraestructura física hay unas 80 obras más de infraestructura media, en las que no se pone la lupa, señala Martínez.

“El 87 por ciento de las obras de infraestructura física se realizan en estados donde gobierna la oposición”, explica.

Menciona como ejemplos el metro en Nuevo León y Guadalajara, los proyectos de obras en Querétaro, Guanajuato, y Chihuahua, entidades gobernadas por la oposición.

“Es un uso político de las obras con fines electorales, los resultados están a la vista: en Tamaulipas, Hidalgo, Zacatecas, Baja California y Oaxaca, donde gobernaba la oposición, ahora gobierna Morena”, indica el experto.

En cambio, en estados donde gobierna Morena se ubican los cuatro grandes proyectos que requieren mayor presupuesto federal; dos trenes, un aeropuerto y una refinería.

Con López Obrador, “la inversión pública tiene un beneficio social, pero no se puede tapar el sol con un dedo, porque ese presupuesto es con fines electorales”, subraya el director de Lacen.

En un país de casi 130 millones de personas, de las 61 millones ocupadas, casi 39 millones, es decir más de la mitad, trabajan en la economía informal, sin derechos sociales, con un ingreso diario de 10 dólares diarios, detalla el investigador.

“México está muy debajo de los estándares internacionales, en el termómetro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estamos atrás de Chile y Colombia” que integran también ese grupo de economías, apunta.

Además, el Índice de Gini, que mide la desigualdad en una sociedad, señala que el 43 por ciento de la población laboral en México tiene un ingreso de apenas arriba de 2 dólares diarios.

“Implica que hay 38 millones de público electoral cautivo por esta enorme desigualdad: hacia esas personas está dirigido el apoyo de los programas sociales gubernamentales”, sostiene Martínez.

Por otra parte, de 13 millones de personas en edad escolar, siete millones no tiene la capacidad de continuar sus estudios en el grado posterior, por lo tanto no tienen currículum académico ni experiencia laboral.

“Esta población que ni estudia ni trabaja es el destino de los programas sociales gubernamentales”, apunta.

La política social de los últimos cinco años colocó en el imaginario social conceptos como “Jóvenes construyendo el futuro”, “Sembrando vida”, becas y pensiones del bienestar, hasta sumar una docena de subsidios.

“Para este año, el gasto público general es de 7,1 billones de pesos, para los 13 programas sociales es de casi un billón de pesos (más de 60.000 millones de dólares)”, es decir la séptima parte de todo el presupuesto federal, puntualiza.

Así construyó el Gobierno el público destino de su política social en las entidades más pobres del país, donde hay menos gasto público en obras, porque allí no gobierna la oposición, explica.

“Los procesos electorales tienen dos puntales: uno es el gasto en programas sociales y el otro es la inversión pública en infraestructura, y los resultados se reflejan en el triunfo de Morena”, puntualiza.

Resuelta la estabilidad económica y la política social con sentido electoral, López Obrador hereda tres problemas para la próxima administración: un migración masiva con el compromiso de contenerla a pedido de EEUU, una seguridad pública que encara una violencia delincuencia fuera de control, y decenas de casos de corrupción sin una institución con la capacidad coercitiva para contenerla.

“México debe construir una línea de seguridad con EEUU en todos los parámetros, para ir adelante de lo que plantea la Casa Blanca, con una política de Estado en la que estén presentes todos los actores nacionales”, propone Martínez.

El presidente saliente se enfocó hacia adentro del país, y “no quiso dar la pelea ni con los presidentes Donald Trump ni con Joe Biden, eso le dio fortaleza para poder dialogar con ambos”, sostiene.

En temas de combate a la corrupción, aún se necesita una enorme sacudida institucional, porque hay tres o cuatro instancias dedicadas al tema, pero sin claridad de sus competencias.

“Sin duda, el tema de inseguridad y la corrupción es donde la próxima administración federal debe poner orden, de manera inmediata, crear una figura coercitiva vinculada al Poder Judicial, con dientes, es decir con capacidad de coerción”, termina.

El 2 de junio México elige presidente, renueva el Congreso, la tercera parte de los gobernadores y el 80 por ciento de las alcaldías. (Sputnik)

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