Arqueólogos submarinos han descubierto frente a las costas del norte de California los restos de un buque de guerra que en su día fue conocido como el ‘Fantasma del Pacífico’ por su singular destino. El buque, de un siglo de antigüedad, había atravesado una guerra mundial, luchado bajo las banderas de dos países enfrentados y finalmente regresó a su patria para conocer su fin.
Una guerra, dos bandos
De acuerdo con un comunicado de prensa en el que se detalla su descubrimiento, el USS Stewart (DD-224), un destructor de la clase Clemson, fue botado en 1919 en Pensilvania y formó parte de la Flota Asiática de EE.UU. hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1941, poco antes de que Estados Unidos entrara en la guerra, fue destinado a Manila para unirse a otros buques de guerra y resistir la embestida del Japón imperial tras su devastador ataque a Pearl Harbor.
En febrero de 1942, el buque resultó dañado durante una batalla y acabó en un dique seco de reparación en la isla de Java, en Indonesia, donde la tripulación se vio obligada a abandonar el barco al acercarse las fuerzas japonesas.
Un año más tarde fue reparado y se unió al servicio de la Armada Imperial Japonesa como patrullero. Poco después, los pilotos aliados empezaron a detectar un viejo destructor estadounidense operando como parte de la flota enemiga en lo más profundo de las líneas del frente, y así fue como se ganó su apodo.
Una vez finalizada la guerra, el Stewart fue descubierto en Kure (Japón) y reincorporado a la Marina estadounidense. En 1946, completó su última misión, sirviendo como buque blanco en ejercicios navales, recibiendo fuego de misiles de aviación, ametralladoras y cañones navales durante más de dos horas antes de hundirse.
Aunque el barco fue hundido intencionadamente, su paradero siguió siendo un misterio durante décadas. No ha sido hasta ahora, 78 años después, cuando se ha encontrado el destructor, gracias a los esfuerzos combinados de la Fundación de Patrimonio Aéreo y Naval, la Oficina de Santuarios Marinos Nacionales de la NOAA, el Mando de Historia y Patrimonio Naval, la empresa de tecnología marina Ocean Infinity, y SEARCH, una organización internacional de arqueología marina.