Ginebra, 10 ene (Sputnik).- Irán usa la pena capital para intimidar a los manifestantes y reprimir la disidencia, declaró el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), Volker Turk.
“El Gobierno iraní utiliza la persecución judicial y la pena de muerte como una arma contra personas que participan en las protestas para infundir miedo entre la población con el objetivo de reprimir la disidencia”, dijo Turk al agregar que estas acciones gubernamentales “violan el derecho internacional de los derechos humanos”.
Recordó que en el último mes cuatro personas fueron ejecutadas por participar en las recientes manifestaciones.
Turk indicó que las autoridades de Irán “podrían servir mejor a sus propios intereses y a los de su pueblo” mediante “las reformas jurídicas y políticas necesarias para garantizar el respeto de la diversidad de opiniones, los derechos a la libertad de expresión y de reunión, y pleno respeto y protección de los derechos de la mujer en todas las esferas de la vida”.
Según los datos del organismo, al menos 17 personas más fueron condenadas a muerte y unas 100 están acusados de delitos punibles con pena capital.
En Irán se desarrollan masivas protestas desde mediados de septiembre tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, detenida por la policía de la moral por tener mal colocado el velo.
Algunas protestas adquirieron un carácter extremista. Los mayores disturbios surgieron en las provincias de Guilán, Juzestán, Sistán y Baluchistán, Kurdistán y Teherán.
Los participantes de los disturbios empezaron a atacar casi a diario a personalidades religiosas, deanes de las mezquitas, militares, policías, efectivos de la Guardia Revolucionaria Islámica y de las milicias paramilitares Basich.
A finales de octubre y comienzos de noviembre en Irán se cometieron dos atentados, el primero en la ciudad de Shiraz, y el segundo, en una pequeña ciudad de la provincia de Juzestán, en el sur del país. Los terroristas tirotearon a un grupo de civiles y de policías.
Las autoridades iraníes consideran que los disturbios fueron orquestados desde el extranjero y acusan a los países occidentales de apoyar a los manifestantes, que difunden en los medios de comunicación mensajes subversivos y antiiraníes, así como piden el derrocamiento del Gobierno de Irán. (Sputnik)