Un equipo internacional de arqueólogos descubrió una civilización maya del Preclásico (1000 a.C.–150 d.C.), que floreció hace unos 2.000 años y ha permanecido oculto entre la selva de la cuenca kárstica Mirador-Calakmul del norte de Guatemala.
De acuerdo a los científicos, gracias al uso de un escáner láser aerotransportado de tecnología LiDAR, hasta la fecha se han identificado 775 asentamientos dentro de la cuenca, así como 417 sitios que formaban ciudades, pueblos y aldeas antiguas en el sistema geomorfológico circundante, abarcando un área aproximada de 1.685 kilómetros cuadrados. La mayoría de las construcciones han sido datadas de los períodos Preclásico medio y tardío.
Según detallan los académicos en un artículo publicado en la revista Ancient Mesoamerica, la arquitectura monumental, los formatos arquitectónicos consistentes, las instalaciones de gestión y recolección de agua, así como los más de 177 km de calzadas elevadas, indican la existencia de una jerarquía de asentamientos de seis niveles.
Entre los hallazgos destaca la arquitectura ceremonial monumental, incluyendo complejos triádicos, calzadas entre sitios, canchas de juego de pelota, embalses, presas, canales, terrazas y campos elevados. La arquitectura residencial muestra una marcada desigualdad de tamaño y sofisticación, lo que refleja las estructuras de organización social.
Asimismo, el tamaño y la magnitud de las enormes plataformas, palacios, presas, calzadas y pirámides sugiere un sistema de gobierno capaz de mantener una homogeneidad política e ideológica, y de organizar a “miles de trabajadores y especialistas, que van desde productores de cal, especialistas en mortero y canteras, técnicos líticos, arquitectos, especialistas en logística y abastecimiento agrícola, y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”.
El hallazgo, destacan los expertos, “desafía las capacidades organizativas de entidades políticas menores y representan las estrategias de gobierno en los períodos preclásicos”.
Para los autores de la publicación, la distribución de los asentamientos, la complejidad arquitectónica, la continuidad cronológica y la organización jerárquica de los sitios, ponen en evidencia una administración centralizada temprana y dan cuenta de las estrategias socioeconómicas seguidas por esta civilización asentada en las tierras bajas