El fotógrafo chileno Edgard Garrido fue parte del equipo de la agencia Reuters que recibió un premio Pulitzer por su cobertura de la caravana de migrantes centroamericanos que intentó pasar a Estados Unidos a través de la frontera con México.
En conversación con El Dínamo, el periodista oriundo de Puerto Varas expresó su felicidad por el reconocimiento, pero enfatizó que “se trató de un trabajo en equipo que consideró toda la cobertura de los hechos“.
“Desde hace varios años estaba siguiendo el tema de migración y violencia. Trabajé primero en Honduras y luego llegó a México“, contó el profesional, quien antes de partir al país azteca trabajó en el diario La Tercera.
Garrido explicó que una de las razones para ganar el premio fue “la profundidad del trabajo periodístico” que realizó junto a sus colegas, con quien estuvo por varios meses viajando hacia la frontera mexicana con Guatemala, en donde cientos de personas quedaron varadas esperando pasar para continuar con su camino hacia Norteamérica.
“Hubo dos grandes grupos de migrantes. Muchos de ellos escapaban de la violencia de sus propios países y decidían ir juntos para evitar a los coyotes, quienes los ven como una mercancía“, explicó.
La foto del chileno que fue incluida en el reconocimiento fue tomada en octubre de 2018, y mostraba a un niño llorando en brazos de su madre en el punto de revisión fronterizo de la ciudad de Hidalgo, lugar donde muchos de los viajeros no pudieron avanzar debido a las restricciones impuestas por el gobierno mexicano.
“Se sacó en los primeros días de la caravana y muestra al niño gritando de desesperación por no tener respuestas de las autoridades. Hacía mucho calor, habían muchas mujeres que necesitaban pasar“, señaló.
Sobre el contenido e interpretación de la foto, Garrido afirmó que “si bien uno puede tener un punto de vista sobre algo y expresarlo, la fotografía periodística tiene que mostrar lo que está pasando, y eso era lo que ocurría ahí“.
El chileno afirmó que la satisfacción compartida con todo el equipo de su agencia tuvo muchos momentos complicados y de sacrificios. “Es un reconocimiento a lo que hemos hecho durante todo un año, fue una tarea titánica“, dijo.
Aunque para él este tipo de coberturas es habitual, de todas maneras reconoce que ha sido difícil compatibilizar su trabajo con la vida familiar.
“Llegué a estar fuera de mi casa por seis meses (…) estuve complicado porque mi esposa tuvo problemas de salud. Ahí pasé por el mismo río donde cruzaban los migrantes y viajé para verla“, relató.
A pesar de estas dificultades, las que se agregan a la violencia que se vive en la zona, el fotoperiodista aseguró que premios como este lo motivan para seguir entregando su labor.