Los retrasos en la producción y distribución de las vacunas contra el coronavirus generaron una fuerte controversia en la Unión Europea, que se debate entre mantener la distribución justa de dosis para todo el mundo o acaparar las correspondientes a sus países. El ministro de Sanidad de Alemania se mostró partidario de restringir las exportaciones de vacunas producidas en la UE mientras que desde el Foro Económico Mundial de Davos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordó que “Europa ha invertido miles de millones para desarrollar las primeras vacunas contra el covid-19”.
La controversia se da en medio del fuerte rebrote que atraviesa Europa, con la aparición de nuevas cepas, y mientras los grandes laboratorios sufren demoras en la producción de las vacunas.
A través de una videoconferencia, Von der Leyen resaltó que las empresas “deben mantener sus promesas y honrar sus obligaciones”. La funcionaria recordó las enormes inversiones que hizo la Unión Europea destinadas a “construir infraestructura de investigación e instalaciones de producción” con el objetivo de desarrollar “un bien común verdaderamente global”.
El bloque firmó precontratos por varios laboratorios para asegurarse más de 2.000 millones de dosis. Si bien la UE buscó mecanismos para lograr algún tipo de coordinación en las campañas nacionales de vacunación en los 27 países del bloque, ahora enfrenta el dilema de cómo continuar los planes previstos ante la demora en la distribución de las dosis.
Hasta el momento, la UE ya certificó y autorizó dos vacunas -las de Pfizer-BioNTech y Moderna- y pretendía dar la luz verde esta semana a la de AstraZeneca. Sin embargo, los problemas surgidos por los retrasos en la distribución de las dosis de Pfizer/BioNTech se agravaron después de que AstraZeneca también anunciase que experimentaría demoras en sus entregas.
Estas irregularidades pusieron en juego el objetivo de adoptar una política centralizada de vacunación desde la Unión Europea, que como bloque se encargó de negociar con los laboratorios. La semana pasada, la UE anunció que su meta era vacunar al 70 por ciento de los adultos hasta el fin del verano, en agosto, algo que con los retrasos en las entregas de vacunas no se sabe si será posible.
En este contexto, el ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, se mostró a favor de restringir las exportaciones de vacunas contra el covid-19 producidas en la Unión Europea por los retrasos en la entrega. “Las vacunas que salen de la UE necesitan una licencia para que al menos sepamos qué se produce y qué sale de Europa. Y si salen de Europa, que haya un reparto justo”, afirmó Spahn.
Sobre los retrasos anunciados por la farmacéutica AstraZeneca en la entrega de su vacuna en la UE, el ministro dijo que podía entender que “en un proceso tan complejo como la producción de vacunas, a veces hay problemas”. Sin embargo, esto debe “afectar a todos de manera justa y equitativa”.
En Gran Bretaña, por ejemplo, no hay previstos retrasos en el suministro. No se trata de “la UE primero, sino de la parte de Europa, es decir, la parte justa”, dijo. Spahn señaló que la UE había firmado contratos con AstraZeneca y ya había prefinanciado la construcción de nuevas capacidades de producción.
Las demoras enojaron también a la Comisaria de Sanidad de la UE, Stella Kyriakides, que propuso un “mecanismo de transparencia” sobre las exportaciones de vacunas fuera de la UE.
En este sentido, la canciller alemana Angela Merkel pidió que haya una repartición “justa” de las vacunas. “El dinero es una cosa y otra es la disponibilidad de la vacuna en tiempos de escasez y aquí lo importante es tener una repartición justa”, dijo la canciller alemana en el Foro de Davos, también por videoconferencia.