Estigma político genera resistencia al lenguaje inclusivo en Venezuela, dicen expertas

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Magda Gibelli

Caracas, 10 ene (Sputnik).- La polarización política de Venezuela afecta casi todos los sectores de la sociedad, incluso las luchas por formas de lenguaje no sexista e inclusivo, que tienen como fin terminar con el uso del género masculino como neutro en el idioma español, dijeron expertas consultadas por Sputnik.

“El tema del lenguaje no sexista tiene una particularidad en Venezuela y es que ha sido politizado, estigmatizado partidistamente”, dijo a Sputnik la psicóloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Magdymar León.

En Venezuela mucha gente sigue sin aceptar las profesiones en femenino como “médica”, “ingeniera” o “presidenta”, incluso cuando son palabras incorporadas al diccionario de la Real Academia Española.

Pero expresiones como “niñas y niños” o “ciudadanos y ciudadanas” son aún más resistidas.

“Yo no estoy de acuerdo con eso, porque suena extraño y es repetir una palabra sin necesidad, esas son modas del chavismo”, dijo a esta agencia Rosaura Gómez, una contadora de 56 años, quien manifestó su sorpresa al conocer que tales expresiones no solo las usan sectores afines al Gobierno, sino que también son frecuentes en otros países.

León, quien es también coordinadora la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), recordó que fue el fallecido presidente Hugo Chávez (1999.2013), el primer gobernante del país en utilizar el lenguaje no sexista, seguido del actual mandatario Nicolás Maduro.

Y este hecho se convirtió más en una dificultad que en un punto a favor, opinaron León y la columnista del diario web Efecto Cocuyo, Susana Reina, creadora del portal Feminismo INC.

“De alguna manera, en el país se empezó a vincular ese tipo de lenguaje no con el feminismo, sino con el chavismo”, dijo León.

Le lenguaje no sexista busca evitar que las palabras o la forma en que se ordenan resulten discriminatorias por razón de sexo.

Mientras, el lenguaje inclusivo es un intento de crear opciones para sustantivos, con sus correspondientes artículos y adjetivos, que siempre se utilizaron en género masculino para referirse a conjuntos universales que también incluyen a las mujeres o a las personas LGBTIQ.

Así, “los hombres” es sinónimo de humanidad, pero no lo es “las mujeres”. Y cuando alguien quiere referirse a sus amistades femeninas y masculinas a la vez, tradicionalmente dice “amigos”, cuando en rigor está excluyendo a las “amigas”. Surgen así neologismos como “amigues”, “chiques” (en lugar de chicos y chicas), o “niñes” (en lugar de niños y niñas).

Esto no significa abolir los géneros masculino y femenino que existen en la lengua española, sino incorporar un tercero, neutro, que abarque a todos (o “todes”, para decirlo en lenguaje inclusivo), también a las comunidades LGBTIQ.

Hay otras variantes, como reemplazar la vocal que determina el género (la letra “a” o la letra “o”) por una “x”. Así, en lugar de “estimado” o “estimada”, se escribiría “estimadx”, pero esta opción tiene la dificultad de volver algunas palabras impronunciables.

Reina, egresada de la UCV como psicóloga, explicó a esta agencia que la llegada del lenguaje inclusivo a través de voceros políticos ocurrió porque en Venezuela las redes feministas no están lo suficientemente fortalecidas.

“Lamentablemente nos enteramos por el chavismo de un uso bastante negativo del término no sexista y la gente empezó a asociar que nombrar “a todos y a todas” era un asunto chavista, fueron quienes hicieron más hincapié en esto, sobre todo desde la Asamblea Constituyente (1999)”, explicó.

Por otra parte, “en Venezuela no hay un tejido de organizaciones feministas lo suficientemente sólido o con un trabajo previo que hiciera hincapié en este importante campo de batalla como es el lenguaje”, acotó.

La asociación con dirigentes políticos, sostuvo León, ha dado pie a burlas o chistes, y ha generado, a su juicio, mayor resistencia en Venezuela.

“No solamente es la resistencia propia al uso no sexista del lenguaje, al reconocimiento, a la visibilidad de las mujeres en el lenguaje, como en todos los países, sino que acá se le añade un elemento adicional que es una discriminación vinculada a razones políticas”, apuntó.

CRÍTICAS MAL USO

Las dos expertas criticaron que figuras políticas importantes en Venezuela hagan un “pésimo uso del lenguaje no sexista,” incluso sucumbiendo en errores que se convierten en una afrenta para la propuesta feminista, “como decir millonas y millones”, apuntó León, refiriéndose a un error cometido por Maduro en un discurso en cadena de radio y televisión.

Reina observó en los últimos años algunas personas e instituciones han generado espacios para la discusión de un lenguaje inclusivo, incluso medios de comunicación.

“Medios como Efecto Cocuyo o El Estímulo se han propuesto generar algunas políticas genero sensitivas para el tratamiento de las noticias, y se han difundido algunos manuales para que en los medios se aseguren de nombrar a las mujeres, de incluirlas y no usar el género masculino como ley universal”, explicó.

León formó parte de estos espacios en al menos cinco medios de comunicación venezolanos, en los que se conversa de lenguaje inclusivo y se intenta ponerlo en marcha.

Pero cree que aún no es posible hablar de avances significativos en el país.

“Los avances han sido mínimos, y cada vez que un líder político hace uso inadecuado del lenguaje en alguna rueda de prensa o anuncio público, echamos para atrás; no está fácil, y nos toca a las feministas posicionarnos seriamente, mantener nuestro lenguaje”, afirmó León.

Para romper este estigma político León considera necesario que figuras de la oposición también vinculen en su discurso el lenguaje no sexista e inclusivo.

“Hemos hecho algún trabajo con algunos líderes de oposición, con diputados, diputadas de la Asamblea Nacional, para que se incorporen a este trabajo, y ahí vamos viendo como algunos van haciendo el ejercicio”, dijo.

Para los jóvenes, corroboró Sputnik en un relevamiento realizado en Caracas, es más sencillo admitir el uso del lenguaje inclusivo sin vincularlo a corrientes políticas.

“Yo estoy de acuerdo, porque hay que romper eso de que todo son los hombres, las mujeres también están en todos los espacios, no me gusta que me digan arquitecto, sino arquitecta, pero en mi oficina o cuando me envían algún comunicado formal me dicen “arquitecto”, y no logro hacer entender a mucha la gente este punto”, señaló a esta agencia Andrea Morán de 28 años.

TRABAJO ARDUO

En cuanto al uso del género neutro con la letra “e” el camino es aún más arduo, dijo León.

“Si ya tenemos tanta dificultad con la identificación de lo masculino y lo femenino, no te quiero ni contar con lo que es la identificación de la diversidad sexual, como hablar de “les”, no es posible, eso tiene más rechazo aún, esta incorporación acá tiene muchísima resistencia porque apenas estamos dando la batalla para quitar el estigma del lenguaje no sexista”, apuntó.

Para Reina el género neutra también puede implicar invisibilidad para las mujeres, por lo que no está de acuerdo con su uso.

“Dentro del lenguaje inclusivo se ha intentado imponer la “e” como un neutro; no estoy de acuerdo con eso porque volvemos a quedar invisibilizadas; las mujeres quedan sin referencia particular”.

Reina consideró que “hay forma de darles un giro sin necesidad de nombrar a unos y a otras en todas las frases que decimos; es cuestión de mirarlo y aplicarlo donde sea necesario”.

Aunque los dos últimos presidentes se definieron feministas y en pro de las comunidades LGBTIQ, el aborto, el matrimonio igualitario y la promoción seria de un lenguaje inclusivo y no sexista siguen siendo asuntos pendientes en Venezuela, coincidieron las expertas. (Sputnik)