Uno de los factores que hace posible la vida en la Tierra es nuestro campo magnético, ya que frena las partículas dañinas de alta energía que provienen del espacio, incluso del Sol. La fuente de este campo magnético se encuentra en el núcleo.
Sin embargo y a pesar de la importancia que tiene esta zona, ha sido poco estudiada por la comunidad científica. Esto se debe en parte porque comienza a una profundidad de unos 2.900 kilómetros. En comparación, el hoyo más profundo que se ha podido excavar es el pozo superprofundo de Kola, ubicado en la península rusa homónima y que cuenta con una profundidad de 12 km.
Además, es la parte más caliente de nuestro planeta, con una capa externa que alcanza temperaturas de más de 5.000 °C.
Ahora, un grupo internacional de investigadores ha logrado valerse de las propiedades del tungsteno para investigar más del centro de la Tierra y para entender si el núcleo y el manto, la capa que le sigue, intercambian materiales.
Los resultados indican que por mucho tiempo el material contenido dentro del núcleo se ha estado filtrando a las partes más externas de la Tierra.
“Nuestros hallazgos sugieren que parte del material central se transfiere a la base de las plumas del manto, y el núcleo ha estado filtrando este material durante los últimos 2.500 millones de años”, escribieron los investigadores en el portal The Conversation.
The #Earth‘s interior is composed of 4 layers, 3 solid & one liquid – not magma but molten metal, nearly as hot as the surface of the sun. The deepest layer is a solid iron ball, about 1,500 miles (2,400 kms) in dia. Above the inner core is the outer core, a shell of liquid iron. pic.twitter.com/86DWuzdRXF
— श्रीMurali🇮🇳 (@mayamadhava) 13 de julio de 2019
Los científicos se valieron de las propiedades del tungsteno o wolframio (W), que es un elemento siderofílico, es decir amante del hierro. Además, también tiene algunos isótopos (un elemento con un número diferente de neutrones en su núcleo), entre los que se encuentra el W‑182 (con 108 neutrones) y W‑184 (con 110 neutrones).
Otro elemento que jugó un papel crucial fue el hafnio (Hf), litófilo, amante de las rocas y se puede encontrar en el manto rico en silicatos de la Tierra. El isótopo radioactivo Hf‑182 de hafnio se desintegra en W-182. De acuerdo con los científicos, el manto debe tener más W-182 que el núcleo.
No obstante, los hallazgos mostraron otra realidad.
Los investigadores estudiaron las rocas que brotaban de la capa profunda de la superficie de la Tierra en el Cratón de Pilbara, en Australiay las zonas de la isla de Reunión y el archipiélago de Kerguelen, en el océano Índico.
¿Fuga detectada?
La cantidad de tungsteno en estas rocas reveló una fuga del núcleo. A lo largo de la vida de la Tierra, hubo un gran cambio en la proporción. “El cambio en la proporción de W-182/W-184 del manto indica que el tungsteno del núcleo se ha filtrado en el manto durante mucho tiempo”, señalaron los investigadores.
“Los experimentos muestran que un aumento en la concentración de oxígeno en el límite entre el núcleo y el manto podría hacer que el tungsteno se separe del núcleo y entre en el manto”, afirmó.