El grito de Martin

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Al oriundo de Montevideo le ha llovido un poco sobre mojado en estos últimos noventa días. Los reveses se sucedieron desde antes de Navidad, cuando en una práctica el D.T. pateó un balón y se desgarró la pierna derecha.

La obtención de un campeonato es el éxtasis, la gloria y el momento consagratorio para un equipo y también para su estratego. Sin embargo, a partir del título del Apertura conseguido con la Universidad de Chile en 2014, esto no ha sido así para Martín Lasarte.

Al oriundo de Montevideo le ha llovido un poco sobre mojado en estos últimos noventa días. Los reveses se sucedieron desde antes de Navidad, cuando en una práctica el D.T. pateó un balón y se desgarró la pierna derecha. Asimismo, siguieron lo infortunios en sus vacaciones con una luxación en el hombro derecho tras saltar una pandereta. En el aeropuerto y con un cabestrillo a cuestas, Don Machete respondió al impasse con un breve: “accidente casero”.

En la primera semana de enero y con el torneo en curso, el coach decidió someterse a la cirugía de su hernia discal que tenía localizada en la zona lumbar. En el postoperatorio las cosas no fueron mejores para el charrúa, ya que los terribles malestares no le permitían asistir a las prácticas de la semana y a los partidos del torneo local. La primera derrota en Copa Libertadores de América, ante Emelec en el Nacional, caló hondo en la hinchada y también en el presidente de Azul Azul, Carlos Heller, quien responsabilizó al entrenador de no estar con la cabeza completamente ciento por ciento en los desafíos de la “U”. En sus descargos, el mandamás ni se acordaría de lo bajos rendimientos individuales de la plantilla.

A esto se le sumaban las cinco derrotas -en línea- como locales que arrastraban los universitarios, hasta el triunfo del jueves frente a los bolivianos de The Strongest, una victoria que descomprime en algo el camarín azul, pero que no soluciona la crisis, y tal como dijo Lasarte, por ahora no cambia nada.

El contrato del ex defensa de Nacional de Uruguay expira en el mes de mayo y su afección lumbar pareciera no darle tregua. Ya se habla de posibles sustitutos, como Eduardo Berizzo o Pablo Guede.

Más allá de los resultados y entendiendo la importancia de esto en el sistema neoliberal del balompié, la dirigencia de Azul Azul debería darle un tiempo de recuperación a Martín Lasarte. No hay que olvidarse de que el técnico le dio la estrella diecisiete a la institución, que es un aporte para el medio y que es poseedor de un fondo futbolístico nada despreciable.

La noche en que Machete respiró, será recordada por una frase digna de un libro de historia: “Ganar te vuelve valiente, ganar te da confianza. En el segundo tiempo, tras los goles, fuimos un equipo diferente. Ojalá (la victoria) fuera ese revulsivo que todos queremos que sea”. Es la palabra de Martín, es el grito de Martín.

Autor: José Antonio Lizana Arce