Moscú, 28 mar (Sputnik).- El aumento imparable de los precios del gas desde mediados del 2021 y las consecuencias de las sanciones a Rusia por la operación militar en Ucrania, provocan en el mundo una ‘guerra’ por este preciado combustible y a los europeos como los claros perdedores de la contienda.
Los precios del hidrocarburo aumentaron en flecha, subiendo de 300 dólares por mil metros cúbicos a mediados de 2021, a más 1.000 a finales de año por el aumento de la demanda pospandémica de gas natural licuado (GNL) en Asia y las bajas reservas en Europa.
La situación se agravó por la tensión geopolítica en el continente europeo debido a la crisis ucraniana y las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia.
El 7 de marzo los precios del gas alcanzaron su máximo histórico al cotizarse a 3.892 dólares por mil metros cúbicos.
A todo esto se unió que, tanto la Unión Europea como Alemania, en complicidad con EEUU bloquearon la puesta en marcha del nuevo gasoducto ruso, Nord Stream 2, listo para operar desde octubre de 2021.
El principal beneficiario es el país norteamericano que busca mercados para su gas de esquisto.
El pasado viernes la Comisión Europea y Estados Unidos anunciaron la creación de un grupo de trabajo conjunto “para reducir la dependencia de Europa de los combustibles fósiles rusos y fortalecer la seguridad energética europea”, según un comunicado de la Casa Blanca.
Actualmente la Unión Europea importa el 90 por ciento del gas que necesita y Rusia sigue siendo su principal proveedor, garantizando un 40 por ciento de los envíos del combustible.
RUSIA CONTRAATACA
Para hacer frente a las sanciones el pasado miércoles el presidente ruso, Vladímir Putin, dispuso mantener los suministros de gas natural a los países hostiles, en cantidades y a precios establecidos en los contratos, pero empezará a cobrar esas transacciones en rublos.
“El paso a la moneda nacional de Rusia en los pagos por el gas permitirá que la industria del combustible ruso cuente con unos ingresos de exportación permanentes, y que el presupuesto federal obtenga unos pagos estables de los impuestos.
Esa medida, sin duda, contribuirá al aumento del papel del rublo en las transacciones internacionales”, declararon el viernes desde el Ministerio de Finanzas de Rusia.
Al mismo tiempo el país estudia la posibilidad de reorientar sus exportaciones de productos energéticos a los mercados asiáticos, en caso de que Europa deje de comprar petróleo y gas rusos, declaró a Sputnik el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev.
“La previsible renuencia de las contrapartes extranjeras a aceptar pagos rusos en rublos puede llevar a una reacción en cadena que se extenderá a otros tipos de obligaciones.
Entre las consecuencias están el bloqueo de transacciones, la congelación de garantías, activos, el cierre de líneas de crédito”, destacó el director del departamento de cooperación económica de la Cancillería rusa, Dmitri Birichevski, en declaraciones a la cadena Rossiya 24.
Esa recesión, continuó, “podría acarrear cambios fundamentales en las finanzas internacionales y provocar un colapso del mercado”.
LAS OPCIONES
El ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, recomendó a las compañías alemanas que no acepten la condición de Rusia de que los pagos por gas deben realizarse en rublos.
“Se trata de operadores privados, proveedores de energía, que pagan y deben tomar una decisión, pero no debemos –y es mi consejo– ceder a las condiciones del señor Putin”, dijo Lindner a la cadena N24.
Sin embargo, ahora Alemania no debería renunciar a los contratos gasísticos con Rusia de manera unilateral, agregó. “No creo que sea una medida que necesitemos en este momento”, destacó Lindner.
La semana pasada el primer ministro belga, Alexander De Croo. recalcó que las sanciones aplicadas a Rusia afectan a los europeos, y aclaró que “no estamos en guerra con nosotros mismos.
No tomaremos medidas que nos debiliten. Esto tendría consecuencias devastadoras para la economía europea, no creo que sea necesario”.
“La UE no podrá sustituir el gas ruso de la noche a la mañana. Eso toma tiempo, tardará aproximadamente de cinco a siete años”, sostuvo el ministro de Energía de Catar, Saad Sherida al Kaabi.
Tras destacar que Catar estaría dispuesto a suministrar gas adicional a la UE, el ministro matizó que actualmente el 85 por ciento de sus exportaciones de GNL va a Asia con contratos de largo plazo.
EEUU A POR LOS EUROPEOS
“Mi mensaje a Europa consiste en que la nueva batalla por la libertad dejo claras varias cosas. Primeramente, Europa debe librarse de la dependencia de los combustibles fósiles rusos y nosotros, Estados Unidos, estamos dispuestos a ayudarle”, resaltó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Varsovia tras concluir su gira europea.
El mandatario reiteró la intención de aumentar los suministros de gas natural licuado de EEUU para sustituir una parte de las importaciones de Rusia.
Lo cierto es que EEUU lleva tiempo intentando vender su GNL a los europeos. En el país está acelerando la puesta en operación de algunas de sus principales infraestructuras de regasificación para incrementar su volumen de ventas.
Pero lo que muchos no saben es el costo de esa operación, según los datos de Gasindustrial, el precio del GNL que llega desde Estados Unidos a España se paga un 40 por ciento más caro que el que se recibe desde Rusia.
Concretamente, el gas estadounidense costó de media 53,88 euros/ MWh mientras que el proveniente de Rusia lo hizo a 38,42 euros/ MWh. Además de eso está el costo ambiental, pues la mayor parte de ese gas es extraído mediante el ‘fracking’.
Lo cierto es que con este rejuego político los gobiernos europeos se vuelven cada vez más dependientes de los EEUU y la población del viejo continente será la que pagará las consecuencias de estas acciones. (Sputnik)