Tras permanecer dos años prófuga luego de ser condenada a presidio efectivo por el delito de parricidio, esta tarde se informó de la detención de Natalia Guerra Jequier.
Guerra, madre del bebé que fue sacrificado en noviembre de 2012, fue una de las participantes de la denominada Secta de Colliguay, la que era liderada por Ramón Castillo Gaete, quien se autodenominaba Antares de la Luz.
Al momento del juicio, la defensa de Guerra aseguró que al dar muerte a su hijo recién nacido habría “actuado bajo un delirio místico”.
Sin embargo, el Juzgado de Garantía de Quilpué desechó dicha teoría y la condenó a 5 años de cárcel.
El fiscal de Quilpué, Juan Emilio Gatica, acreditó en su momento que el bebé murió durante un ritual desarrollado por la secta. Según confesó, con esta acción buscaba “evitar el fin del mundo”.
Sin embargo, Natalia Guerra no alcanzó a estar ni un día en la cárcel.
Junto a ella fue condenado a la misma pena Pablo Undurraga por el delito de homicidio calificado.
El resto de los integrantes de la secta, David Pastén, Karla Franchi, María Pilar Álvarez, Carolina Vargas y Josefina López, fueron condenados como encubridores de parricidio, por lo que fueron condenados a presidio mayor en su grado mínimo, lo que se traduce en 3 años de cárcel.
El padre del niño asesinado, Antares de la Luz, por su parte, fue encontrado sin vida en 2013 en las cercanías de la ciudad de Cuzco, Perú.
En marzo de este año, Natalia Guerra cumplió dos años prófuga, hasta que hoy se dio a conocer su detención en Talagante, según pudo confirmar El Dínamo con fuentes cercanas al caso, quien enfrentaba una orden nacional de captura.