El Instituto de Geofísica y Planetología de Hawái (EE.UU.) y de la Agencia de Ciencia y Tecnología Marina-Terrestre (Japón) han publicado en septiembre un estudio en la revista Physics of the Earth and Planetary Interiors.
En el que sugieren que el núcleo interno de la Tierra no es completamente sólido (como se ha creído durante más de medio siglo), sino que su firmeza varía de metal duro a semiblando e, incluso, a líquido.
“Cuanto más lo miramos, más nos damos cuenta de que no es una aburrida bola de hierro”, comentó Jessica Irving, sismóloga de la Universidad de Bristol (Reino Unido), quien no participó en el estudio.
“Estamos encontrando un mundo oculto completamente nuevo“.
Irving explica que, mediante la recolección de datos de las ondas sísmicas generadas por terremotos, los geofísicos pueden crear una imagen del funcionamiento interno del planeta de una manera que es “similar a una tomografía computarizada de una persona”.
Ondas sísmicas
Existen dos tipos de ondas principales: las de compresión en línea recta y las de corte onduladas.
Cada onda puede viajar de un extremo a otro de la Tierra y, en dependencia del material por el que pasan, su velocidad y dirección varían.
Rhett Butler, uno de los autores del nuevo estudio, analizó las ondas sísmicas creadas por grandes terremotos que viajaron a través del núcleo de la Tierra.
Butler notó que las ondas de corte onduladas, que deberían haber pasado a través de una bola sólida de metal, sufrieron una desviación en ciertas áreas,
Lo que solo podía significar una cosa: que el núcleo del planeta no es sólido en su totalidad, sino que tiene pedazos de hierro líquido y “blando” cerca de su superficie.
“Observamos muchos detalles dentro del núcleo interno que no veíamos antes”, señaló Butler.
Esta investigación podría revolucionar potencialmente nuestra apreciación del campo magnético de la Tierra, pues este es modificado por el núcleo interno y, según concluyen los autores del estudio, una comprensión más profunda de dicho núcleo es indispensable para entender la relación entre el interior de un planeta y su actividad magnética.