
San Joaquín, 21 de octubre de 2025.- Antes de que el golpe militar cambiara la historia de Chile, un grupo de músicos populares comenzó a dar forma a una propuesta que uniría compromiso social y raíces folklóricas. Así nació Los Curacas, conjunto formado a fines de los años 60 y ligado desde sus inicios a la Peña de los Parra, cuna de la Nueva Canción Chilena.
Según relató Humberto Durán en entrevista con Lautaro Araneda de Radio San Joaquín, el grupo surgió “mucho antes de que se matara la Violeta”. Durán recuerda haber conocido a Violeta Parra cuando tenía 13 años:
“Tuve la suerte de conocerla en persona. Era una mujer espectacular, no aguantaba una injusticia, no dejaba que nadie pasara a llevar a otro”.
Junto a Pedro Troncoso, Durán recordó que la formación original de Los Curacas —entonces llamados Los de la Peña— estaba compuesta por cinco integrantes que se presentaban de forma habitual en Carmen 340, el local de los Parra en Santiago. Posteriormente, el músico uruguayo Alberto Zapicán les sugirió el nombre definitivo: Los Curacas, “portadores de la cultura” en la tradición incaica.
De la Peña de los Parra al escenario internacional
Los Curacas participaron en un espacio que reunió a figuras esenciales del canto popular latinoamericano, como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui y Víctor Jara. Humberto Durán recordó el ambiente de efervescencia artística:
“Los jueves, viernes y sábados la Peña se llenaba; quedaba gente afuera. Venían de todas partes, incluso de Europa”.
El grupo integró además actividades culturales impulsadas por la Unidad Popular y colaboró con músicos como Ángel Parra, quien, según relataron, fue una figura clave en su formación artística.
Silencio forzado y resistencia cultural
Tras el golpe de 1973, la represión alcanzó también al mundo del folklore. “Andar con una quena o un charango podía significar desaparecer”, recordó Durán. Durante varios años, el grupo suspendió su actividad pública, retomándola a mediados de la década del 70 con un recital en la Biblioteca Nacional, en plena dictadura.
“Fue el primer grupo que abrió la cultura en Chile en ese tiempo”, explicó Durán. “Nos pidieron expresamente que no mencionáramos a Violeta ni a Ángel Parra, pero partimos con Pájaro madrugador igual. La gente aplaudió durante todo el tema”.
La presentación fue un símbolo de resistencia artística. Los Curacas lograron mantener viva la memoria de la Nueva Canción Chilena, aun en condiciones de censura y vigilancia.
El legado y la recuperación de su obra
El conjunto grabó sus primeros discos entre 1970 y 1977, bajo los sellos DICAP y Cuatro, y participó en el histórico registro La gran noche del folklore (1977, sello Alerce). Sin embargo, parte de su catálogo ha sido difundido sin control en plataformas digitales.
Durán explicó que los derechos del grupo están hoy en revisión:
“Algunos antiguos integrantes subieron la música por su cuenta. La marca Los Curacas pertenece a Pedro Aceituno, pero estamos trabajando para recuperar los másteres y la propiedad de nuestras canciones”.
Actualmente, Los Curacas preparan un nuevo disco junto a Osvaldo Torres, fundador de Illapu. “Él es un maestro en la música andina y nos ha dicho que se siente muy cómodo trabajando con nosotros”, afirmó Durán.
La memoria continúa
A más de cinco décadas de su creación, Los Curacas mantienen su espíritu original: compromiso con la música y con el pueblo. “Nos quitaron medios, pero no pudieron matar la cultura”, dijo Pedro Troncoso al cierre de la entrevista.
El grupo busca hoy mantener viva la memoria de la canción popular chilena, desde las peñas de los años 70 hasta las nuevas generaciones.
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