El viernes 28 de diciembre, Margarita González abordó un vehículo Uber junto a sus hijos de 7 y 9 años para dirigirse desde Avenida La Dehesa hasta Camino Los Trapenses en Las Condes. Un trayecto que no duró más de doce minutos y que tuvo un saldo de $5.493, los que fueron confirmados a través de un correo electrónico.
Pero este lunes 7 de enero, la mujer recibió un nuevo mail por parte de la empresa, notificándole de una “corrección de tarifa”, consignando que el saldo final había aumentado a 541.245 pesos. “Al principio pensé que se trataba de un error en la cifra, pero luego me notificaron que mi cuenta de Uber había sido bloqueada. Comprobé el saldo de mi tarjeta y efectivamente habían cobrado más de 500 mil pesos desde ella”, señaló a BioBioChile.
Cuando intentó entrar a la aplicación, le apareció el siguiente mensaje: “Hemos detectado problemas de seguridad que incumplen los términos y condiciones de la aplicación. Uber cuenta con políticas para resguardar la seguridad de nuestros socios y usuarios que deben ser cumplidas. Debido al no cumplimiento de las mismas, tu cuenta ha sido desactivada permanentemente”.
En primera instancia, González escribió un correo exigiendo una explicación a lo sucedido, recibiendo como respuesta que había subido con más de cuatro pasajeros al auto. Sin embargo, al insistir, le dijeron que todo se debía a que había sido acusada de dañar el vehículo, mensaje que iba adjunto a una imagen.
Al no obtener respuesta alguna por parte de Uber tras esta acusación, Margarita presentó una denuncia ante el Sernac y luego dio a conocer su caso en redes sociales.
Luego de que BioBioChile se comunicara con el departamento de comunicaciones de Uber, a González le reestablecieron su cuenta en la aplicación y le informaron que arreglarían el alto cobro. “No me llamaron por teléfono. Tampoco hubo disculpas. Sólo un correo donde dicen que hicieron una ‘verificación profunda del caso’ y que revirtieron las medidas anteriores”, indicó la mujer.
Luego de que insistieran en obtener una respuesta por parte de la compañía, solo se limitaron a responder que “Tras conocer los antecedentes, este caso fue solucionado”.
“Uno podría pensar que por ser una empresa internacional tendría un mejor servicio con el cliente, pero no es así. Si no publicamos el caso en redes sociales, todavía estaríamos enviando mails a esta cuenta que responde automáticamente. ¿Cómo no van a disponer de una persona que pueda atender situaciones como estas?”, concluyó Margarita.