Sebastián Piñera tuvo que hacer su primer cambio de gabinete cinco meses después del inicio de su gobierno. Lo impulsaron los errores de sus ministros, especialmente del titular de educación despedido, Gerardo Varela, quien aseguró que los colegios debían hacer bingos para solucionar sus problemas y no pedirle a él, como ministro, ayuda.
Junto a Varela salió Alejanda Pérez del ministerio de Cultura para dar paso a Mauricio José Rojas Mullor. En un comienzo, la denominación de Rojas fue considerada histórica, pues la prensa local habló de un ex militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, emblemática agrupación que apoyó a Salvador Allende y buscó organizar una resistencia al golpe de Estado de Augusto Pinochet.
Supuestamente en 1974, tras el golpe, viajó a Suecia como miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), para regresar a Chile años más tarde convertido en un académico liberal con ideas de derecha.
De acuerdo a una nota publicada en el diario La Tercera, la conversión se produjo durante el gobierno del socialdemócrata Olof Palme (1927-1986), donde aseguró constatar los agravantes del estado de bienestar.
Sin embargo, la realidad no es esa: Mauricio Rojas nunca perteneció al Mir.
El hasta ahora encargado de escribir los discursos de Piñera estudió Derecho en la Universidad de Chile y salió del país hacia Argentina sin ningún problema político. No se encontraba perseguido y desde allí viajó a Suecia buscando oportunidades.
Según César Astudillo, un chileno exiliado en Suecia, Rojas se instaló pidiendo asilo político con mentiras para poder permanecer en el país.
Fue allí donde comenzó sus estudios teóricos antimarxistas para darle sentido a su estatus de asilado político. “No fue perseguido y nunca se le impidió volver a Chile, pero era más rentable permanecer en Suecia profitando de un falso exilio y militando en un partido de derecha al servicio de las grandes empresas suecas”, asegura Astudillo.
En el año 2002 fue elegido parlamentario por el Partido Popular Liberal, una agrupación de derecha dura donde su principal principal preocupación legislativa fueron políticas en contra de los inmigrantes.
“En su opinión, sólo podían permanecer en Suecia quienes hablarán perfectamente el idioma y que renunciarán a sus raíces. Lo conocí personalmente, mi hijo Luciano también fue Parlamentario por la Socialdemocracia en el mismo período, por cierto con posiciones diametralmente opuestas”, dice Astudillo.
Rojas, escribió hace algún tiempo atrás un panegirico alabando las cualidades de gran estadista de Sebastián Piñera.
Desde 2016, Rojas dirige la cátedra de Adam Smith en la Universidad del Desarrollo, uno de los autores clave del capitalismo moderno.
Como escritor, ha publicado más de 20 títulos en torno al pensamiento académico (Lenin y el totalitarismo, La historia se escribe hacia adelante, entre otros), pero también libros de interés general.
Museo de la memoria
Múltiples han sido los artistas e intelectuales que cuestionan que Rojas sea Ministro de estado, por sus dichos sobre el museo de la memoria, vertidos en su libro junto a Roberto Ampuero “Dialogo de conversos” y reafirmados en una entrevista en CNN Chile “Más que un museo (…) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar (…) Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”