Joven universitaria se suicidó tras denunciar acoso de profesoras

Catalina se quitó la vida el 16 de marzo, dejando una nota pidiendo perdón por no poder soportar más dolor. A pesar de que la dirección académica de la Universidad de los Andes estaba al tanto de su muerte, la comunidad universitaria aún no había sido informada

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En marzo de 2017, Catalina entró a estudiar Terapia Ocupacional en la Universidad de los Andes, con media beca por su alto puntaje. Catalina era alegre, optimista, inteligente, llena de energía y con ganas de vivir

Carolina Cors, madre de Catalina Cayazaya Cors, compartió un conmovedor testimonio sobre la trágica muerte de su hija, quien se quitó la vida después de denunciar ser víctima de maltratos por parte de sus profesoras.

En marzo de 2017, Catalina comenzó sus estudios de Terapia Ocupacional en la Universidad de los Andes, con una beca parcial debido a su destacado rendimiento académico. Su madre describió a Catalina como una joven alegre, optimista, inteligente y llena de energía. Durante los primeros cuatro años, fue muy querida por sus compañeros y profesores. Sin embargo, todo cambió en 2022 cuando comenzó su internado, donde el maltrato hacia los internos de las carreras de la salud era algo normalizado.

Durante su primer internado, Catalina tuvo una tutora que utilizaba a los internos para realizar talleres y los trataba con falta de respeto e incluso insultos. A pesar de que Catalina intentó denunciar esta situación a su profesora a cargo, no recibió ninguna respuesta. Incluso, durante las evaluaciones preliminares, la felicitaron por su desempeño, pero luego fue reprobada sin razón aparente.

A pesar de haber denunciado los maltratos, Catalina no recibió apoyo. Cuando escribió una carta a la dirección de la universidad relatando las irregularidades que había sufrido, fue tratada como una mentirosa y amenazada con la suspensión de su internado. Después de esta situación, Catalina quedó destrozada y sin esperanza, aunque su familia y su equipo de tratamiento lograron levantarla temporalmente.

Su madre también intentó intervenir, presentando pruebas documentadas de las irregularidades ante la universidad, pero solo recibió promesas vacías de que se investigaría la situación. A pesar de sus esfuerzos, ninguna investigación ni sanción tuvo lugar, excepto la decisión de que la última tutora de Catalina ya no recibiría más internos en su consulta particular.

Trágicamente, Catalina se quitó la vida el 16 de marzo, dejando una nota pidiendo perdón por no poder soportar más dolor. A pesar de que la dirección académica de la universidad estaba al tanto de su muerte, la comunidad universitaria aún no había sido informada, lo que llevó a su madre a denunciar la falta de transparencia y acción por parte de la institución.

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