Tras las críticas de la oposición, sindicatos y sectores del empresariado, el gobierno decidió no incluir en la reforma laboral el proyecto de un sistema alternativo de indemnización por años de servicio.
El ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, señaló que la propuesta -emanada de la mesa técnica convocada por el Ejecutivo- seguirá siendo analizada, contemplando un debate más amplio con sectores sindicales y políticos.
La semana pasada admitió que la cartera aún no sabía si incluir la polémica idea en el proyecto final y este miércoles finalmente ratificó que fue desechada. “No viene en el proyecto de modernización laboral de ahora de marzo. Nunca ha ido”, confirmó en Radio Duna.
“La razón es muy simple: nosotros creemos que la primera prioridad son todos aquellos aspectos de jornada de trabajo, de adaptabilidad entre trabajo y vida personal, aquellos temas de negociaciones colectivas, el tema de capacitación, y eso es lo que incluye básicamente el proyecto y que son la prioridad”, añadió.
A nivel legislativo, incluso en Chile Vamos a propuesta generaba disenso. “A mí no me gusta, no le veo el sentido (…) A mí la idea me la van a tener que explicar muy bien para convencerme”, dijo el lunes, en Pulso, el senador RN Manuel José Ossandón.
Con todo, la iniciativa buscaba generar un mecanismo paralelo al actual -sin eliminar el vigente-, en el que los trabajadores en Chile al ser despedidos deben ser indemnizados con un mes de sueldo por año servido a la empresa. En tanto, si es renuncia, el trabajador sólo rebibe las vacaciones que queden pendientes, convertidas en dinero, y nada más.
Esos dos apartados buscaba modificar el Gobierno: cambiar la indemnización de los despidos, y también las renuncias, a medio sueldo por año servido (con un tope de 11 años al igual que el actual). Es decir, si un trabajador es despedido ya no recibiría un mes de sueldo por año servido; recibiría sólo una mitad de sueldo por año en la empresa.
Pero, en caso de renuncia, el trabajador ya no se iría “con nada”, sino que habría recibido el mismo beneficio que al ser despedido: medio sueldo por año. Todo lo anterior, incluso para trabajadores con menos de un año de contrato.
Sin embargo, la propuesta no sólo generó rechazo en sindicatos y opositores al Gobierno, sino también en el empresariado.