La Habana, 27 may (Sputnik).- La emigración de jóvenes, principalmente profesionales universitarios, es un fenómeno creciente en Cuba frente la continuada crisis económica. La fuga de cerebros también conspira contra el propósito de la isla de consolidar un desarrollo sostenible en el futuro inmediato.
La olla de presión que motiva la emigración está constituida por varios elementos: las dificultades económicas generadas por el bloqueo de EEUU, las reiteradas y equívocas políticas internas en el tratamiento a los profesionales, los insuficientes salarios, la burocracia dañina y persistente, la falta de incentivos y una “pirámide invertida”, en la que personas con poca instrucción reciben pagos y beneficios superiores a los que pueden obtener egresados universitarios.
Antes de abandonar el país, un número significativo de jóvenes graduados de nivel superior primero abandonan sus profesiones –ingenieros, licenciados, médicos, técnicos, entre otras- para ejercer como camareros, taxistas, masajistas, pulidores de piso o guías de turismo sin licencia, profesiones mejor remuneradas.
“Le aseguro que copiando y bajando música y telenovelas de Internet gano 10 veces más dinero que un cirujano, por eso preferí dejar los estudios y dedicarme a esto”, comentó a esta agencia Sergio Díaz, un joven de 22 años que también tiene sus esperanzas puestas en viajar a EEUU a reunirse con su padre.
EMIGRACIÓN COMO ARMA
“En nuestra contra opera una agresión económica de más de seis décadas, que ha afectado el nivel de vida material de la población. En cualquier momento histórico y en cualquier lugar del planeta, las dificultades económicas prolongadas han engendrado presión migratoria. Y Cuba está en este planeta”, dijo el científico cubano Agustín Lage, exdirector del Centro de Inmunología Molecular de La Habana, en un artículo publicado en el sitio web Cubadebate en marzo último.
Según el investigador, a partir del triunfo revolucionario de 1959, la emigración fue incentivada desde el exterior y se convirtió “en una de las armas de la política agresiva de EEUU contra Cuba, incluyendo monstruosidades vergonzosas como la llamada Operación Peter Pan (1960-1962), en la que miles de niños fueron separados de sus padres, y la estimulación después a la emigración ilegal, que ha costado miles de vidas”.
Entre las principales medidas adoptadas por Washington para incentivar la emigración estuvo –y sigue vigente- la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que permite a los cubanos obtener residencia permanente en muy poco tiempo, un beneficio que no tienen emigrantes de otras nacionalidades.
“En lo referente a la emigración de profesionales –agregó el doctor Lage-, el primer objetivo atacado fue la salud, y la mitad de los médicos que había en Cuba en 1959 emigró en los primeros años de la década de1960. Entre ese año y 1965, emigraron de Cuba más de 2.700 médicos”.
Esta política de desangrar al sistema de salud en la isla se recrudeció en 2006, cuando se estableció un programa especial para promover la emigración de médicos cubanos -el Cuban Medical Professional Parole Program-, que abría un camino expedito para la emigración de médicos hacia EEUU, si ellos abandonaban sus misiones en otros países y se presentaban en las correspondientes embajadas.
RAZONES INTERNAS
“La única alternativa que me queda es irme de Cuba, de nada vale mi título de ingeniero si poco puedo hacer con lo que gano para mantener a mi familia”, comentó a la Agencia Sputnik un ingeniero mecánico que prefirió no identificarse.
Para este hombre de 49 años, buscar espacios en otro lugar le dará al menos la esperanza de tener un mejor confort en su vida, a pesar que sus estudios y sus títulos se queden engavetados. Asegura no tener miedo a trabajar en lo que sea con tal de ganar lo suficiente para mantenerse.
“Nunca hubiera soñado con irme de mi país si no fuera por las extensas restricciones burocráticas, las prohibiciones, la idea de que uno no pueda ganar dinero ni crear su propia riqueza con sus manos. Tengo sueños como cualquier ser humano, y quiero, antes de morirme, tener una mejor vida”, añadió.
En el caso de los jóvenes es más complicado. Muchos aseguran no tener un futuro claro y próspero a corto plazo, y su falta de compromiso generacional con el sistema político que impera en la isla, no les permite asumir las razones de la crisis a la que no quieren enfrentarse.
“Por años he visto a mi padre y a mi madre sufrir para poder darme una crianza y una educación que valga la pena. Los he visto comerse un huevo con arroz con tal de darme a mí y a mi hermana el único pedazo de pollo que había en la nevera. Mi madre dejó de arreglarse el pelo y las uñas para poder ahorrar el dinero y comprarnos lo que necesitábamos, y yo no quiero pasar por eso ni quiero que mis hijos me vean en esa situación”, comentó a la Agencia Sputnik un recién graduado universitario que solo dijo llamarse Alfredo.
REALIDADES
Hoy, la avalancha migratoria de cubanos tiene diferentes rutas, ya sea en vuelos directos a EEUU, Europa u otros países de América Latina, o como parte de las caravanas que traviesan Centroamérica para llegar a territorio estadounidense.
Aun cuando el fenómeno trata de sobredimensionarse, las oleadas de emigrantes cubanos no difieren de las que generan la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe, y las causas, coincidentemente, tienes raíces económicas, a pesar de la politización permanente de quienes tratan de sacar ventaja. (Sputnik)