Durante el interrogatorio por presunto encubrimiento de delitos sexuales en la Iglesia Católica, el exarzobispo Francisco Javier Errázuriz afirmó que es mejor que no haya sacerdotes homosexuales.
El exarzobispo de Santiago fue sometido a 261 preguntas por parte del fiscal Jorge Escobar, durante las 12 horas que duró el interrogatorio.
La Tercera tuvo acceso a las declaraciones de Errázuriz, donde se refirió al caso Karadima y a sus responsabilidades como obispo ante las denuncias de abuso.
“El caso más horrible fue el de Karadima. El grupo que estaba en torno a él lo protegía, si bien yo era el obispo, nunca me informaban lo que ocurría. Hasta que uno, dos y tres dijeron que había abusos adentro, que fue (José Andrés) Murillo, Hamilton y después Juan Carlos Cruz”, afirmó el religioso.
Luego agregó que el testimonio que lo convenció fue el de Juan Carlos Cruz, por lo que le pidió instrucciones a Charles Scicluna “para saber qué pasos realizar”.
En relación a James Hamilton, señaló que su acusación era muy difícil de creer, ya que si bien afirmaba haber sido abusado por casi 14 años, “invitaba a Karadima a su casa, lo invitó al bautizo de sus hijos. En fin, costaba creer en esa denuncia por las circunstancias”.
Homosexualidad
Durante su declaración Francisco Javier Errázuriz hizo referencia a situaciones que implicaban relaciones homosexuales entre sacerdotes, que además tenían denuncias por abuso.
“Es mejor que no haya sacerdotes homosexuales. No está excluida una persona que domine totalmente su homosexualidad, pero la mayoría quiere tener certeza de serlo y hacen actos de homosexualidad”, afirmó el prelado luego de que la Fiscalía le preguntara si ésta es incompatible con el sacerdocio.
“Al menos verosímil”
Durante el interrogatorio también se abordó la forma en que se tramitaba la denuncia en contra de un sacerdote.
Según consignó La Tercera, Errázuriz aclaró que eso lo define el “Canon 1717” del Derecho canónico, norma que establece que cuando se tiene noticia de una delito -al menos verosímil- se debe investigar con cautela, “personalmente o por medio de una persona idónea”.
El exarzobispo señaló que el problema es el concepto de “al menos verosímil”, ya que provoca demora.
“Le coloca a uno una condición, que para el ordinario obra de freno. Que sea probable que haya ocurrido el delito. El concepto de ‘al menos verosímil’ provoca un juicio previo a la investigación, por desgracia”, explicó.