¿El sexo después de un ataque cardíaco prolonga la vida?

Los sobrevivientes de un ataque cardíaco que tienen una vida sexual activa tienen menos probabilidades que sus contrapartes célibes de morir en las décadas posteriores a un primer ataque cardíaco, sugiere un estudio en Israel.

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Los investigadores siguieron la vida de 1.120 hombres y mujeres, que tenían 65 años o menos en el momento de su primer ataque cardiaco, hasta durante 22 años.

En comparación con las personas que reportaron no tener relaciones sexuales durante el año anterior a su ataque cardíaco, los que tuvieron relaciones sexuales resultaron un 8% menos propensos a morir. El porcentaje aumentó con la cantidad de sexo que tenía una persona, alcanzando el 27% en caso de más de un momento íntimo a la semana.

La conexión entre el sexo y las probabilidades de supervivencia pareció aún más fuerte para las personas con vida sexual activa después de haber tenido un ataque cardíaco.

En comparación con los sobrevivientes que nunca tuvieron relaciones sexuales, los que tuvieron relaciones sexuales una vez a la semana tuvieron un 37% menos de probabilidades de morir.

Las personas sexualmente inactivas también eran más propensas a tener presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y múltiples problemas de salud crónicos en el año anterior al ataque cardíaco que las personas que tenían relaciones sexuales más de una vez a la semana.

Sin embargo, cuando los investigadores ajustaron la edad, el estilo de vida, otras afecciones de salud y factores socioeconómicos, la relación entre la actividad sexual y la supervivencia se debilitó, escriben Yariv Gerber y sus colegas de la Universidad de Tel Aviv.

“Es posible que el sexo frecuente lleve a cambios biológicos que ayuden a las personas a vivir más tiempo”, escribe el equipo de Gerber.

El sexo se asocia con los extremos de los cromosomas, conocidos como telómeros, que tienden a reducirse con la edad, escribe el equipo del estudio. Los telómeros más largos se asocian con una vida más larga.

El sexo regular también se relaciona con niveles más altos de la hormona testosterona, agregan. La testosterona baja se asocia tanto con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular como con un menor deseo sexual, por lo que las personas que tienen más relaciones sexuales también pueden tener un menor riesgo de problemas cardíacos.

“La actividad sexual es a menudo parte de una relación cercana y amorosa a medida que la gente envejece, pero la relación es probablemente más importante que el sexo”, comentó el estudio Andrew Steptoe, del University College de Londres en el Reino Unido.

“Aunque el sexo regular es parte de un envejecimiento saludable, tampoco hay que creer que se “debe” tener sexo para tratar de vivir más tiempo”, opinó.