Los científicos consideran que la composición genética es clave para determinar el impacto del COVID-19 en el organismo del ser humano tras el contagio.
Existen dos versiones para que el COVID-19 afecte más a algunas personas que a otras, según explicó el jefe de deCODE Genetics, Kári Stefánsson, a Bloomberg. La primera se debe a la secuencia genética del virus la cual provoca que algunas cepas hagan más daño a algunas personas que a otras. Mientras la segunda versión apunta a la reacción de la genética única de cada persona al contraer el virus.
Stefánsson observó que los genes de algunas personas puede hacerlos más vulnerables a enfermedades graves, mientras que la genética de otros puede darles resistencia.
Los científicos sospechan que las variaciones genéticas humanas pueden desempeñar un papel clave en las personas que sufren de COVID-19, pues el nuevo coronavirus ha mostrado que el receptor, denominado ACE2, que utiliza para penetrar las células del huésped puede estar presente en diferentes cantidades dependiendo de la genética de cada persona, los factores ambientales y hasta los medicamentos que se consumen.
De momento, los científicos consideran que hay pocos datos para confirmar esta teoría, sin embargo este estudio puede ayudar a evidenciar el tipo de tratamiento que se debe aplicar a los contagiados de COVID-19, pues en algunos casos ha sido muy efectivo el tratamiento con anticuerpos para atacar al virus.
A pesar de que los investigadores ya han comenzado a tener una idea de quién es más vulnerable. Algunos se han enfocado en el sistema inmunológico y su respuesta a la infección luego de que se registraran casos de una reacción repentina y fulminante del sistema inmunológico para luchar contra el virus, denominada tormenta de citoquinas, causando daños colaterales que pueden hacer más daño que el virus en sí.
Según el estudio, tres de los factores de riesgo más poderosos para que la enfermedad ataque con mayor intensidad tienen un componente genético, tal es el caso de las personas que están en el grupo de riesgo por padecer de presión arterial alta, obesidad y diabetes.
Stefánsson concluye que la variabilidad del virus es uno de los puntos fuertes del COVID-19 causando diferentes tipos de contagios, incluidos los asintomáticos, lo cual permite que el virus sea propagado a pasos agigantados sin diferenciar a aquellas personas que pueden enfermarse gravemente.