“Hemos hallado fortuitamente un mural de más de 3.200 años de antigüedad en una huaca prehispánica, ubicada en un terreno agrícola en la región La Libertad”, señaló el arqueólogo Feren Castillo. “El mural con la figura de una araña con un cuchillo se encuentra en un edificio de aproximadamente 15 metros de diámetro por 5 metros de altura de la huaca”.
El hallazgo se realizó por casualidad hace dos semanas en un terreno agrícola del valle de la provincia de Virú, región La Libertad, pero no fue resultado de una investigación previa, sino el encuentro casual producto de la destrucción de un terreno para generar tierras cultivables. Se han utilizado allí maquinarias pesadas para extender campos de cultivo dentro de una huaca, sepulcro de antiguas comunidades indígenas, que se encuentra a un kilómetro y medio del Castillo de Tomabal. En el terreno, con apoyo de maquinarias, agricultores sembraron paltas y cañas de azúcar, destruyendo parte del patrimonio.
El pasado 11 de noviembre del 2020, el arqueólogo Régulo Franco, fue alertado de la aparición de este mural que ahora se descubre públicamente. “Fue tanta mi sorpresa al ver una fachada impresionante, con figuras geométricas. Los tipos de adobes guardaban relación con la ocupación Cupisnique”, precisó. Franco explicó que se habría destruido un 60% de la huaca o “montículo” y solo habría quedado un pequeño edificio de alrededor de 15 metros de diámetro por 5 de altura.
“Estamos ante un templete que hace miles de años habría sido un centro ceremonial. Justamente es un ser zoomorfo estilizado que podría ser una araña, un animal muy sagrado, se encuentra en el muro sur”, comentó el arqueólogo al diario La República.
El hallazgo comprende por los menos tres edificios superpuestos en tres procesos constructivos distintos. Del primero, el más antiguo, solo se pueden apreciar algunos muros y pisos. Están elaborados con adobes cónicos, característicos de aquella época. En el segundo edificio se puede apreciar la pintura parecida a una araña, con esquinas curvas y medios geométricos. Se trata de un ser antropomorfo que en unas de sus patas pareciera que sostiene una especie de cuchillo. Esta pintura está sobre un fondo blanco y los diseños de las figuras destacan por color ocre, amarillo, gris, blanco. Sobre el tercer edificio faltan realizar investigaciones para poder avanzar sobre lo que contiene.
“Una de las evidencias de esta estructura arqueológica es que su ubicación es estratégica por estar cerca al río. La iconografía que estamos observando a simple vista, porque todavía no se han hecho investigaciones, es que fue un templo dedicado a las divinidades del agua”, dijo a la agencia Andina el arqueólogo Régulo Franco.
La cultura Cupisnique, descubierta por Rafael Larco en 1930, se desarrolló durante la Época Formativa, tres mil años atrás. Se desarrolló en los valles de Virú y en la región Lambayeque. La araña es una divinidad propia de esta cultura y aparece con más frecuencia en sus vasos y platos de piedra. La imagen está asociada a la fertilidad.
Los arqueólogos y diferentes grupos interesados en el rescate y la conservación del patrimonio cultural han iniciado conversaciones con las autoridades culturales locales y nacionales con el objetivo de proteger el sitio arqueológico. Por el momento se va a tapar el hallazgo para preservarlo durante la pandemia, se intervendrá en lo que sea urgente para protegerlo y luego se continuarán con las tareas de descubrimiento y investigación.