Montevideo (Mesa Américas), 31 jul (Sputnik).- El Centro Carter, uno de los observadores internacionales de las elecciones presidenciales venezolanas del pasado domingo, concluyó que dicho proceso electoral no puede ser considerado democrático por una serie de falencias, las cuales presentó este miércoles en un comunicado, y que profundizará con la publicación de un informe final.
“La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada democrática. El Centro Carter no puede verificar o corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela”, inicia el informe de la organización.
Para el Centro Carter, “el hecho de que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”.
Asimismo, señalan que los comicios no han alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional.
“Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. A lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición”, enfatizan.
La organización también remarca “numerosos inconvenientes” en la actualización del registro de electores, entre ellos, “plazos muy cortos, relativamente escasos de lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión públicas”.
“El problema se agravó en el exterior, donde los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero. El resultado de la restrictiva jornada especial se tradujo en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior”, añaden.
Esos problemas se suman a irregularidades sucedidas en los últimos años, en los que partidos de la oposición “han sufrido intervenciones judiciales en desmedro de sus liderazgos social y políticamente más reconocidos para beneficiar a personas afines al Gobierno, influyendo sobre la conformación de sus candidaturas”.
“De manera aún más importante, la inscripción de la candidatura de las principales fuerzas de oposición se halló sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos”, afirman.
La campaña electoral también estuvo viciada de informalidades, según el Centro Carter, “con un notable desequilibrio a favor del Gobierno en todos los campos”.
“La candidatura oficialista contó con muy amplios recursos, lo que se tradujo en la gran desproporción de mitines, murales, vallas y afiches a su favor. Se observó el abuso de los recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos, la movilización de funcionarios para la campaña y el uso de programas sociales”, detallan.
Asimismo, acusan que la candidatura gubernamental tuvo preponderancia en la televisión y la radio, tanto en publicidad, transmisión de eventos y cobertura noticiosa.
“Las autoridades intentaron restringir las campañas de la oposición, incluyendo la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para el proselitismo opositor para generar un efecto disuasivo“, argumentan.
En cuanto a la jornada de votación, el organismo no encuentra irregularidades y certifica que transcurrió “de una manera cívica, pese a restricciones en el acceso a recintos para observadores nacionales y, sobre todo, testigos de partidos, mecanismos de eventual presión sobre el electorado (puntos de control partidario gubernamental en la cercanía de los recintos para verificar la asistencia de los votantes) e incidentes de tensión o violencia reportados en algunas localidades”.
“En el número limitado de recintos visitados, los equipos de observadores del Centro Carter comprobaron la voluntad de la ciudadanía venezolana por participar en un proceso electoral democrático y demostrando su compromiso cívico como integrantes de mesa, testigos de partidos y observadores. Estos esfuerzos fueron desmerecidos por la ausencia de transparencia del CNE en la difusión de los resultados”, finaliza.
El Centro Carter fue invitado por el CNE para observar la elección presidencial de 2024 y firmó un memorando de entendimiento para garantizar que la misión pudiera observar libremente de acuerdo con sus estándares metodológicos.
Así, desplegó 17 expertos y observadores a partir del 29 de junio, con equipos en Caracas, Barinas (centro oeste), Maracaibo (noroeste) y Valencia (norte).
La misión se reunió con una amplia gama de actores, incluyendo el CNE, candidatos, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, grupos de observación ciudadana, representantes de los medios de comunicación, funcionarios gubernamentales, las fuerzas armadas y expertos electorales.
El Centro Carter ha observado 124 elecciones en 43 países. (Sputnik)
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