Santiago, 3 ene (Sputnik).- La tesis de un estudiante de la Universidad de Chile se viralizó la semana pasada en redes sociales debido a su polémico título: “Pedófilos e infantes, pliegues y repliegues del deseo”.
Los usuarios de las redes revelaron contenido del texto y recortaron pasajes tan oscuros como aquel que da inicio al trabajo. “Dedicada a los niños y niñas de deseo inquieto, para que alguna vez puedan tocarse y ser tocados sin miedo ni culpa. A los pedófilos de deseo culposo, para que exorcicen su malestar y sus temores por amar a quienes aman”.
“Asqueroso”, “turbio” y “enfermo” fueron algunos de los epítetos que se repitieron para criticar la tesis de Leonardo Arce, un profesor de piano que en 2016 presentó dicho documento para optar al grado de magíster en Estudios de Género y Cultura de América Latina en la principal casa de estudios estatal del país.
El objetivo de la investigación, según planteó el autor en la tesis, fue “posicionar dentro del giro infantocéntrico al giro pedófilo, aludiendo a la necesaria incorporación de la mirada perversa dentro del cúmulo de miradas que legítimamente se relacionan con el infante”.
Antes que entraran a la discusión los activistas, teóricos, académicos y el mundo político para debatir sobre el tema, un usuario de Twitter se percató de que en el repositorio de la misma universidad había otra tesis del mismo tono: “El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo”.
El estudiante Mauricio Quiroz escribió esta investigación en 2020 para optar al grado de licenciado educación media con mención en filosofía. Es decir, para trabajar de docente con menores de edad.
“El pedófilo es un monstruo, dice la sociedad, escondido, asechando en los límites y márgenes de nuestras ciudades, un criminal de la humanidad, algo que debe ser tratado inhumanamente. Lástima que no crea en monstruos”, redactó Quiroz.
DEBATE TRANSVERSAL
La primera reacción de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile fue publicar un comunicado en que reafirmó su compromiso con la defensa de los derechos de los niños, pero, inmediatamente, continuó argumentando que “las investigaciones aludidas corresponden a trabajos académicos de corte puramente teórico, que no reportan intervención sobre poblaciones humanas”.
“A pesar de lo discutible que resulta ser su contenido, las tesis cumplieron con los requerimientos del proceso de evaluación académica”, señaló la facultad.
Y ardió Troya.
Decenas de académicos de la misma universidad salieron a decir que el comunicado, redactado por el Decanato de Filosofía, no los representaba y que no estaban de acuerdo con que la casa de estudios hubiese aceptado la publicación de aquellos textos, que parecen hacer apología a la pedofilia.
“Manifestamos nuestro más absoluto rechazo a la instrumentalización del pensamiento y el espacio académico, así como de la pedagogía, para la elaboración de discursos que se vinculan potencialmente a delitos que vulneran los derechos de la infancia”, publicó en una carta un grupo de profesores de la universidad.
“Nos deja una tremenda preocupación, porque de alguna manera con eso lo que se busca es justificar una conducta sexual que es ampliamente condenada”, dijo a su vez la subsecretaria de la Niñez, Yolanda Pizarro, quien se comunicó con la rectora de la universidad, Rosa Devés, para manifestar las inquietudes del Gobierno por las publicaciones.
La Defensoría de la Niñez publicó un comunicado pidiendo a la Universidad de Chile que emita una aclaración pública señalando que las dos tesis publicadas “no pueden ser interpretadas como investigaciones que avalan o justifican conductas abusivas contra niños, niñas y adolescentes”.
Los partidos de oposición recordaron que los presidentes de la República ostentan el cargo simbólico de ser “patronos” de la Universidad de Chile y le solicitaron a Gabriel Boric que intervenga en el caso para “velar por los principios y valores de la institución”, pero hasta la fecha el mandatario no se ha pronunciado al respecto.
La Fundación para la Confianza, organización activista por la prevención del abuso infantil, fue más allá y está preparando la presentación de acciones legales contra los dos autores de las tesis por posibles delitos asociados a dichas publicaciones.
Aunque no hubo mucho desacuerdo en la ciudadanía para criticar el contenido de los textos, sí hubo voces que salieron a defender la legitimidad de investigar. “Yo no estoy defendiendo la pedofilia, solo digo que la academia no puede restringir sus temáticas por miedo a la cancelación”, dijo la periodista y columnista Alejandra Valle en su programa La Voz de los que Sobran.
ACCIONES CONCRETAS
Luego de las críticas a la primera reacción de la facultad, la Universidad de Chile endureció el tono. La rectora Devés anunció que creará un comité de alto nivel académico con profesores de todas las facultades con el objetivo de revisar los protocolos y requisitos para presentar tesis.
Además, Devés comunicó que iniciará una investigación sumaria que, en un corto plazo, dé cuenta de los procesos de aseguramiento de calidad que se siguieron en el desarrollo de dichas tesis, buscando eventuales responsabilidades administrativas y dictando posibles sanciones contra los responsables, si es que hubo negligencia o quebrantamiento de reglamento.
También, la rectora limitó el acceso público al archivo digital y al texto físico de ambos documentos hasta que se termine de analizar académicamente el caso. Actualmente, ambos tienen la categoría de “archivos restringidos”.
Sobre el presente de los estudiantes involucrados poco se sabe, pues ambos cerraron sus redes sociales cuando comenzó la polémica y no se han referido al tema públicamente, pero, por información recabada en distintos sitios web, se puede deducir que en distintos periodos de sus vidas trabajaron en colegios o enseñando a niños y adolescentes. (Sputnik)
Francisco Bravo Atias